A propósito de la reforma fiscal que está proponiendo el gobierno del presidente Luis Abinader en la República Dominicana (RD), en la cual se aumentaría la presión fiscal, o sea, los impuestos a las empresas y a los individuos, creo oportuno hablar de una zona del mundo que con bajos impuestos ha logrado un desarrollo impresionante.
Me refiero a Hong Kong, que es una Región Administrativa Especial (RAE) de la República Popular China (RPCh).
A medida que la presión fiscal es más baja, se estimula la inversión, la iniciativa tanto individual (emprendedores), como empresarial, lo que se expresará en producción de riquezas, oportunidades y sobre todo permitir que la gente tome una decisión de qué hacer con su dinero. Lo que se deja de recaudar, se expresa en producción, empleos y oportunidades para todos.
Hong Kong está entre los primeros lugares en Índice de Desarrollo Humano, PIB per cápita y en competitividad, así como centro financiero y logístico.
Es una economía avanzada, que ha logrado una transformación sin parangón en las últimas cinco décadas, mucho más a partir de 1997, cuando pasó a ser parte de la RPCh como RAE, regido por el modelo, “Un país dos Sistemas”.
Gran parte de ese desarrollo se debe a que tiene una de las menores cargas impositivas lo que incentiva la inversión y la participación empresarial en su territorio, tiene una alta población de 7.5 millones de habitantes para un territorio de 1104 km² y así todos tienen oportunidades y está en crecimiento permanente, con puertos, aeropuertos y líneas aéreas de las primeras del mundo, todo eso gracias a esas iniciativas. Igualmente reciben servicios públicos de primera.
En cambio en RD queremos aumentar la presión fiscal, queremos mantener una voracidad fiscal que en vez de estimular lo que hace es desestimular la iniciativa, la inversión, tanto interna individual de los dominicanos como inversión extranjera empresarial que venga a generar riquezas hacer crecer el pastel.
La experiencia de Hong Kong, que tiene un sistema tributario sencillo y tipos impositivos bajos, con eficiencia en el cobro de esos impuestos, debe ser observada y adaptada a la realidad dominicana y estoy seguro que los resultados no se harán esperar.
El país lo que necesita es atraer capitales, inversión y generar empleos productivos reales, que se expresaran en crecimiento y desarrollo.
En una propuesta de transformación nacional sensata este sería mi modelo a seguir. Adelante.