Joan Vargas 
Los restos del infante asesinado fueron velados en casa de sus abuelos.
SANTO DOMINGO.-La muerte de un niño de apenas un año y once meses de edad a manos del concubino de su madre, destapó un caso mayor de vejaciones y barbaries a las que era sometido junto a sus cuatro hermanos, bajo la mirada indiferente de su progenitora.
Las evidencias recolectadas por los investigadores en la escena, hacen presumir a las autoridades que Raquel Suero, de 30 años, era cómplice, al menos por omisión, de los abusos contra sus cinco hijos.
Tras ser evaluados por especialistas de la Fiscalía de Niños, Niñas y Adolescentes, se pudo determinar que cuatro de los menores muestran signos de descuido, abuso físico y psicológico, mientras que una de ellas confesó que era abusada sexualmente por Luis Genaro Zaya Díaz, padre de su hermanito asesinado el martes.
El infante fallecido, quien hubiese cumplido ayer dos años de edad, fue sepultado en medio de reclamos de justicia, donde sus familiares llevaron su ataúd hasta la Fiscalía de la provincia Santo Domingo y la cárcel preventiva de San Luis, donde está detenido el presunto homicida Jhon Jairo Rodríguez Espinal, de 24 años, amenazando con lincharlo.
Investigaciones
El informe de las autoridades establece que el cadáver del infante fue hallado colocado boca abajo por uno de sus hermanos en una habitación de la residencia ubicada en la calle Penetración del sector Cansino Adentro, cuatro horas después de ser asesinado presuntamente por Rodríguez Espinal, de nacionalidad panameña, por lo que los investigadores manejan la hipótesis de que el homicidio pudo haber ocurrido en presencia de la madre, quien declaró que no se encontraba en la residencia en ese momento.
Los abusos
La necropsia realizada al cadáver del menor certificó que falleció a causa de golpes contusos en distintas partes del cuerpo y presenta violación sexual, además de quemaduras hechas al parecer con un cigarrillo.
Ambrosio Valenzuela, abuelo del menor, declaró que la madre sostenía una relación desde hace cuatro meses con el presunto homicida, de los cuales convivían desde hace dos en la residencia donde ocurrió crimen.
Valenzuela aseguró que a pesar de no conocerlo bien, Rodríguez Espinal le despertaba sospechas por su aspecto y comportamiento.
La escena del crimen permanecía intacta, observándose un muñeco del menor . Ana marmol
Vecinos de la pareja manifestaron que el día en que se produjo la muerte del menor escucharon los gritos del niño mientras Rodríguez Espinal le pedía se callara, encendiendo un radio a todo volumen y le propinaba golpes, abandonando horas después la vivienda.
Sometimiento
El Ministerio Público solicitará prisión preventiva como medida de coerción contra el presunto homicida, la madre y el padre del menor, quienes según versiones de familiares y vecinos tienen problemas de adicción a las drogas.
La tarde de ayer, la policía judicial tuvo que encerrar a Jhon Jairo Rodríguez Espinal en el camión donde transportan los imputados, ya que los demás detenidos en la celda de la Fiscalía de la provincia Santo Domingo amenazan con lincharlo.
El imputado negó que haya violado y matado al menor, afirmando que se encontraba “conchando” al momento en que se produjo el crimen.
—Caso similar
Víctor Alexander Portorreal mató a su pareja y los tres hijos de esta de 11, 9 y 6 años de edad, luego de abusar sexualmente de dos de las infantes, en un hecho ocurrido en el barrio Enriquillo, en febrero del presnete año.
La comunicación puede alertar sobre los abusos
Especialista. Mantener una comunicación abierta entre padres e hijos es uno de los puntos principales a la hora de alertar o prevenir cualquier abuso del que pudiera ser víctima el infante.
Así lo explica la psicóloga Kirsy Guerra, al indicar que un infante víctima de abuso presenta síntomas como pérdida de peso, apetito y sueño, mal humor y un pésimo desempeño escolar, por lo que advierte a los padres ser observadores.
La especialista aconseja a los padres mantener una postura de protector y proveedor, para que sus hijos se sientan seguros en revelarles sus males.
