La violencia contra la mujer genera gran preocupación en diferentes sectores, con el desenlace de feminicidios, tragedia que va en aumento en el país.
SANTO DOMINGO.-Un hombre con conducta violenta pone en peligro de tres a cuatro mujeres por no tener una sola pareja, sino múltiples exparejas con las que procrea hijos, y porque confunden el amo con posesión, control y persecución.
Así lo manifestó el psicólogo Luis Vergés, director del Centro Conductual para Hombres, que trabajan con los que infringieron la ley de violencia de género y reciben terapias de una forma saludable y positiva para que no representen riesgos para ninguna otra mujer.
En los Centros Correccionales y de Rehabilitación (del nuevo modelo) se desarrolla un programa piloto con medidas psicológicas y científicas necesarias para asistir con terapias a condenados por feminicidios y violencia contra las mujeres, y siendo sometidos a un monitoreo constante.
Para esto, se reubicaron en todos los recintos del nuevo modelo algunos espacios que fungen como Centros Conductuales para Hombres, en los que un equipo de especialistas dan terapias en las cárceles a condenados que les faltan menos de dos años para cumplir sentencias.
El profesional de la salud dijo que para cumplir con este programa se requiere un mínimo de 60 intervenciones terapéuticas que reciben los que cumplen condenas por violencia y feminicidios, con un período entre seis meses a dos años para garantizar que no sigan revictimizando a otras mujeres.
Vergés explicó que esos privados de libertad tienen que cumplir con un programa de terapias de seis meses mediante la supervisión de los especialistas bajo el concepto de justicia restaurativa, donde no sólo se persigue el castigo de la persona por infringir una ley, sino también su reivindicación para la reinserción a la sociedad.
Ruta del programa.
Una vez dentro del programa, los internos son sometido a un proceso de interactivo con ellos (condenado por violencia y feminicidio).
Luego se evalúa para determinar si se tiene alguna situación interna, como una patología mental o una condicional que vaya más allá de su voluntad.
Normalmente, no se suele encontrar incidencia grave en sus trastornos, sino que hay una especie de distorsiones psicológicas fruto de la influencia de la cultura donde viven, y se deberá cumplir con el programa con la participación de una cantidad determinada de sesiones.
Luis Vergés indicó que los programas son personalizados en función del riesgo y el peligro que presente cada caso para una víctima. La aplicación de este programa es porque no se debe pensar sólo en el presente, sino también que puede afectar a otras mujeres en un futuro.
Además del equipo de terapeutas que trabajan en las cárceles, también hay especialistas que tratan en los Centros Conductuales para Hombres ubicados en distintas regiones del país, denominados ambulatorios, donde se trata a los que se encuentran fuera.
Los que tienen variación de la medida de coerción contraria a la prisión y los que cumplen suspensión condicional de la pena. Estos reciben terapia una vez por semana o cada 15 días.
Durante el proceso de terapias al hombre agresor se le pregunta a la mujer sobre seguir o no con la relación, porque muchas de ellas deciden continuar, independientemente de que han sido violentadas por la falta de autonomía en lo económico, a nivel social y por el hecho de tener compromisos familiares.
A otras mujeres se les hace difícil renunciar a la dependencia de apego, colocándola por encima de las percepciones de riesgo y peligro que están viviendo.
Estas causas son interferencias que impide que se perciban como víctimas en una relación violenta. Los hombres con conducta violenta tienen unas ideas retorcidas, en ocasiones sobre el buen trato hacia una mujer.
Por ejemplo, “confunden el amor con posesión, que es lo más frecuente, mientras que el cuidado de la mujer también lo confunden con un control de persecución”, indicó.
Agregó que ese fenómeno, como el cuidado y el amor, lo tergiversa para convertirse en posesión, persecución y control.
Sin embargo, cuando el hombre con conducta violenta se siente que la mujer se sale de las manos, entonces, se intensifica ese comportamiento contra ella, que con el tiempo queda entrampada y acorralada en esa relación que la pone en riesgo con un desenlace fatal.
Un porcentaje significativo habían sido puestos en trabajo infantil, abusados de diferentes maneras desde niños en los distintos ambientes en los que convivieron. Son factores importantes a tomar en cuenta que, independientemente de que nada justifica la violencia, pero se debe buscar lo que provocó esa acción para intervenir los especialistas. Aseguró que la conducta violenta es por la falta de educación. .
Conductual
— Sistema
El Centro de Intervención Conductual para Hombres de la Procuraduría General, opera en un formato de programa ambulatorio para casos referidos por el sistemade justicia del país, por violar la ley de violencia intrafamiliar y de género.
Luis Vergés dice el amor humaniza
Posición. El psicólogo y director de los Centros Conductuales para Hombres, Luis Vergés, dijo que los hombres con conducta violenta confunden el amor con posesión.
Explico que el amor humaniza, mientras que la posesión deshumaniza.
Agregó que el hombre y la mujer deben entender que los seres humanos nacieron libres, no para ser perseguidos ni controlados por el otro.
Por lo tanto, las mujeres no deben sentirse orgullosas de ser poseídas por nadie. “Ellas son seres humanos, que no son posesiones particulares de un hombre”.
El especialista de la conducta manifestó que la posesividad transforma la bondad potencial que pueda tener un hombre en un envilecimiento del tratamiento de la persona que posee.