Hollande elogia la "unidad nacional" en homenaje a víctimas del atentado de Niza

Hollande elogia la «unidad nacional» en homenaje a víctimas del atentado de Niza

Hollande elogia la «unidad nacional» en homenaje a víctimas del atentado de Niza

French President Francois Hollande gives a speech during a national tribute on October 15, 2016 in Nice, southeastern France in memory of the victims of the July 14 terror attack in which a truck ploughed into crowds celebrating Bastille Day, killing 86 people and injuring more than 400. In the attack, a 31-year-old Tunisian extremist rammed a 19-ton truck through a crowd of more than 30,000 Bastille Day revellers on the seafront Promenade des Anglais before police shot him dead. The Islamic State (IS) group said the driver of the truck, Mohamed Lahouaiej Bouhlel, was one of its followers. / AFP / VALERY HACHE

NIZA, Francia. – El presidente francés, François Hollande, rindió el sábado un homenaje a las 86 víctimas del atentado de Niza, en el sudeste del país, en presencia del conjunto de la clase política, que para la ocasión puso a un lado sus diferencias.

Tres meses después del drama, que suscitó un fuerte enfrentamiento entre el gobierno socialista y la oposición de derecha y de extrema derecha, la «unidad nacional» prevaleció en esta ceremonia nacional.

Hollande, que todavía no ha dicho si se presentará para un segundo mandato en 2017, insistió en la necesidad de la unidad del país, traumatizado por unas serie de atentados desde enero de 2015.

«El objetivo monstruoso de los terroristas» era «desencadenar la violencia para que surgiera la división», dijo el mandatario en esta ciudad de la Riviera francesa.

Pero «esta maléfica empresa fracasará: la unidad, la libertad, la humanidad, prevalecerán a fin de cuentas», prosiguió ante las familias de las víctimas y representantes de todas las religiones y todos los partidos políticos, incluida la extrema derecha.

Para el presidente, el ataque cometido por un tunecino que arrolló con un camión a la muchedumbre congregada para los fuegos artificiales del 14 de julio, fiesta nacional francesa, iba dirigido contra la «hospitalidad» de una ciudad que atrae a turistas de todo el mundo.

El ataque fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), aunque la investigación no ha podido establecer aún los vínculos entre el autor y los extremistas. Murieron 86 personas y más de 400 resultaron heridas.

Las víctimas eran de 19 nacionalidades, tenían entre 2 y 92 años, y un tercio de ellas eran musulmanas. Esta diversidad se veía reflejada en los cientos de invitados a la ceremonia, cerrada al público pero retransmitida en directo por la televisión.

– ‘Tristeza indescriptible’ –

Entre los asistentes figuraba Marine Le Pen, dirigente del partido de extrema derecha Frente Nacional, formación que está bien implantada en el sudeste de Francia. Después de los atentados, este partido reclamó la dimisión del ministro del Interior, Bernard Cazeneuve. La derecha, por su parte, había acusado al gobierno socialista de ser demasiado indulgente en la lucha antiterrorista.

Tres meses después, y con la campaña por la elección presidencial en pleno apogeo, una aparente calma ha vuelto a este bastión de la derecha. «Esperaba mucha dignidad, estoy muy feliz, emocionado y orgulloso de ver que esta dignidad esté aquí», se felicitó Christian Estrosi, ex alcalde de Niza y líder regional de la derecha.

La ceremonia empezó con el testimonio de una mujer que perdió a varios miembros de su familia. Desde una «tristeza indescriptible», quiso que este homenaje «haga revivir» todas las «vidas rotas para siempre».

Después fueron pronunciados los nombres de las 86 víctimas, mientras que varios estudiantes colocaban una flor blanca para cada una de ellas en el centro de una fuente, con el mar Mediterráneo de fondo.

A diferencia de los atentados de enero y de noviembre de 2015 en París (147 muertos en total), el del 14 de julio golpeó a familias enteras. Quince de las víctimas eran menores, y «en algunas familias tres generaciones murieron» recordó el jefe de Estado.

Hollande, que se ha visto inmerso esta semana en una polémica tras la publicación de un libro donde criticaba la justicia francesa, hizo un pequeño comentario al respecto. Para hacer olvidar que había calificado a la magistratura de «cobarde», rindió un homenaje a los magistrados que tuvieron que intervenir durante la noche del drama.