La fundación Hijas de la Caridad, lugar donde se le ofrece apoyo a las niñas violadas piden ayuda tras no recibir la colaboración del gobierno desde hace dos meses. Foto: Elieser Tapia.
Santo Domingo.-El Hogar Renacer es una institución sin fines de lucro creada por la compañía Hijas de la Caridad San Vicente de Paúl, que acoge en calidad de residentes a niñas y adolescentes víctimas de abuso físico, sexual y psicológico.
Desde su fundación en el año 2,000, el centro ha servido de albergue para unas 495 niñas, a las que se les ofrece junto a sus tutores y familiares un espacio educativo y terapéutico que les permite recuperar su salud psicológica y emocional, para que crezcan con valores humanos y cristianos.
En la actualidad, en el hogar residen 17 niñas, en edades de 5 a 14 años, en su mayoría abusadas sexualmente, y 16 más que reciben terapia ambulatoria.
Para su funcionamiento el centro cuenta con un personal de 16 personas, entre psicólogos, educadores y empleados de mantenimiento y cocina.
Pese a recibir subvención por parte del Gobierno, el Hogar Renacer recibe ayuda de instituciones y voluntarios para el mantenimiento de la edificación propiedad del grupo religioso.
Dos meses sin recursos
Sor Amalia, directora del centro, explica que desde hace dos meses no reciben 200 mil pesos que le entregaba la Presidencia y otros 64 mil asignados por la Cámara de Diputados.
Narra las dificultades que se han presentado debido a no contar con los recursos para el sustento del centro, cuyos gastos ascienden a más de 230 mil pesos mensuales, entre gastos de alimentación, mantenimiento, pago de personal y medicamentos para las niñas en tratamiento.
“Si el Gobierno promueve el amparo de la niñez y la adolescencia, lo mínimo es colaborar y ser justo con las instituciones que amparan a la niñez”, expresó sor Amalia.
La religiosa hizo un llamado al presidente Danilo Medina para que intervenga, ya que han podido subsistir en los últimos dos meses gracias a la ayuda de diferentes organizaciones de la sociedad.
Son evaluadas al llegar
Las niñas víctimas, en su mayoría de abuso sexual, llegan al centro a través de la Fiscalía, Conani o por denuncias que reciben, siendo evaluadas por los especialistas para determinar si cumplen con el perfil para ser tratadas allí, de lo contrario son llevadas periódicamente para realizarles terapias ambulatorias.
Durante su estancia, las niñas son sometidas a un periodo escolar de un año en el que se les ofrecen las terapias individuales y grupales para que superen las secuelas del abuso.
Durante el proceso, el centro realiza terapias con la familia de la víctima para evaluar su entorno. Muchas de las jóvenes que han pasado por el centro han regresado con ayuda y han compartido con las actuales residentes su experiencia.