La energía es un tema que a nivel emocional y físico quizá no es tan tratado o valorado por nosotros en nuestro cuerpo, pero tan real como la vida misma.
A veces jugamos y cedemos esa fuerza que nos mueve al vaivén del entorno, hipotecando esa vitalidad con graves consecuencias. Decir que sí, cuando en realidad es no; permanecer en relaciones y entornos tóxicos, tanto personales como laborales; no marcar límites y complacer en pos de la paz de todos, menos la de nosotros.
El ceder y ser infiel a nuestro propósito ante relaciones de amistad, amorosas y hasta familiares, que nos debilitan y absorben por completo y es nula la reciprocidad, con personas cuyo único universo es el de ellos y el mundo gira alrededor de los mismos es una de las hipotecas con más alto precio a pagar.
El ganar – perder es la regla en este juego, en la que si permanecemos no pagaremos la hipoteca. ¡Despierta!