SAN PEDRO DE MACORÍS.- Antolín de Mota Nieves, padre de tres niños cuyos cadáveres fueron encontrados ayer en el fondo de una laguna en la comunidad de Cayacoa, en San Pedro de Macorís, les concedió permiso para jugar fuera de casa sin imaginar que se dirigían a un encuentro con la muerte.
Afectado por la lamentable pérdida, De Mota Nieves explicó a EL DÍA que sus hijos José Enrique, de 12 años; Domingo Enrique, de 8; Richard, de 6, y el más pequeño, de 5 años, le pidieron permiso para ir a “volar chichigua” en los alrededores de la granja avícola donde labora desde hace ocho meses.
“Ellos estaban viendo televisión, me dijeron papi vamos a volar chichigua y yo les dije que estaba bien y salieron corriendo; luego el más pequeño regresó y me dijo que sus hermanitos se tiraron en el hoyo y los vio que agitaban las manos en el agua, de donde no lograron salir…”, narró el padre de las víctimas mientras un nudo en la garganta le impidió seguir.
Los restos de los infantes son velados en el municipio Villa Hermosa, de La Romana; los mismos fueron hallados por brigadas de la Defensa Civil y comunitarios que los buscaron por más de 18 horas.
El médico legista actuante en el caso certificó que los tres fallecieron a causa de asfixia por ahogamiento y sus cuerpos no presentan signos de violencia.
— Hecho similar
El pasado mes de junio, dos hermanitas de nacionalidad haitiana fueron encontradas ahogadas en la piscina de una residencia ubicada la calle Cilantroen, del residencial Prado Oriental, en la autopista de San Isidro.