Santo Domingo.-Unos de los nombres marca en el cine dominicano es el del actor y cantante Héctor Aníball Estrella, su rostro ha salido en más de 30 películas y series y la pasión con la que ha trabajado en cada una lo hacen merecedor de un gran respeto como profesional de esa industria.
Hombre de familia, honesto, tranquilo y que proyecta un mundo de paz, son de las cosas que hacen que la gente se quede frente una pantalla grande mirando alguna de las historias en la que aparece.
Hollywood
Recientemente, formó parte importante de la cinta de Hollywood “The Lost City”, un proyecto rodado en el país , y que sus protagonistas y equipo técnico lo impactaron de una forma positiva porque tuvo la oportunidad de codearse con grandes estrellas a la que él admira y sigue su carrera toda una vida.
En un diálogo franco con el periódico EL DÍA, Aníbal cuenta que trabajar con Brad Pitt y Sandra Bullock es algo que para él todavía es surreal. “Ellos son personas maravillosas, ambos se despojan de la grandiosidad de la fama que llevan cada una de su carrera y se portan como cualquier mortal con el que te sienta hablar tranquilamente.
Para ellos el único tema que existe es el de su familia y amigos, son personas tan aterrizadas que uno se queda suspirando de ver que para ellos solo importa el momento actual y solo de esos hablan”, dijo el también hijo de la cantante Adalgiza Pantaleón.
Las puertas
Asegura que este proyecto le abre puertas internacionales porque fue una producción de Hollywood en la que había mucho personal que ahora lo van recomendando y ya hasta lo han llamado para que haga audiciones en una que otra cinta.
Tener su foto al lado de Brad Pitt es algo que no supera. “Cuando vi las fotos mías al lado de Brad Pitt para mí fue algo surreal, y ya cuando lo conocí, una tarde que nos sentamos a compartir fue una cosa increíble; personas que uno admira y ha seguido por años, me sorprende los desconectados que están de la grandiosidad de la fama y de Hollywood.
Ellos son personas aterrizadas, es una cosa increíble, me sorprende lo desconectados que están de ese mundo, a ellos les importa el momento, esto es una gran lección para uno que trabaja en esta industria”, agrega.
Estar en escena con Bullock también fue algo que lo hizo pensar que él era una persona bendecida por esas cosas que le estaban ocurriendo.
“Fue increíble tener la oportunidad de trabajar con una persona que admira y quien ha seguido su carrera por años, cada vez que la vida te da esos privilegios uno lo que se siente es bendecido y da gracias; lo mayor fue aprender de ella como actriz y de las personas, y de cómo a pesar de la fama y el reconocimiento es alguien que le da prioridad a su familia, que está por encima de todo y que todavía ama la profesión y el oficio de actuar como si fueran el inicio de su carrera”, cuenta.
Casi 30 años en el cine
El próximo año celebra 30 años como actor y en todo ello ha aprendido que el cine es una carrera difícil en donde hay altas y bajas, pero que lo importante es no parar y seguir recorriendo el camino con amor y bendición, sin plantearse metas y esperando siempre que la vida lo sorprenda con cada detalle y cada proyecto.
De esta cinta hollywoodense vio que la diferencia de rodar aquí en esa industria es el dinero, ellos hablan de cien millones de dólares, aquí se podría hablar de uno, pero si quitan el dinero Aníbal entiende que todo sería lo mismo y no hay nada que envidiar.
Las bromas
Su amistad con Bullock fue muy buena y en ciertas horas de grabación él se divertía diciéndole a ella: “te vi en tal película, y ella decía yo no trabajé en esa” y ahí ambos se reían al punto que se volvió un chiste entre ellos que cada vez que se encontraban se decían lo mismo.
Trabajar en tantas películas le dan la libertad de pensar ya en dirigir por lo que asegura que esto es algo “que me gustaría hacer y lo he pensado y quizás se me dé en un futuro no muy lejano”.
Cine
— Carrera
Tiene un agente en Los Ángeles que le busca los papeles para rodar y asegura que tiene varias ofertas, lo que lo pone muy contento. El guión de su propia vida es algo que, entre risa, dice que aún no ha empezado a escribir.