La capacidad de la prensa para discernir, distinguir una cosa de otra explicando su diferencia, es fundamental para servir lealmente al público, por encima de cualquier interés particular o compromiso de dueños o directores.

Un ejemplo es la algazara patriotera porque opositores mienten arguyendo que el Gobierno cederá ante presiones para crear campos de refugiados haitianos.

Se basan en que la Organización Internacional de Migraciones (OIM) anunció la apertura de una oficina para asistir a inmigrantes.

Un inmigrante no es un refugiado. Los inmigrantes legales o ilegales poseen derechos; el Estado también y puede repatriarlos.

El Alto Comisionado para Refugiados (ACNUR), agencia de la ONU igual que la OIM, se ocupa de asuntos de refugiados, distinto a la OIM.

El Gobierno dominicano ha reiterado inequívocamente, con sólidas razones históricas y de seguridad, que no podrán establecerse aquí esos enclaves.

En Haití hay suficiente territorio e islas para crearlos allá para quienes son desplazados por su guerra civil entre bandas criminales, repitió el presidente Abinader a la BBC.

Cuando la mejor prensa parlotea como verdes loros la sinrazón de la oposición, pierde credibilidad y rinde pésimo servicio a la democracia y al público.