El deporte dominicano debe ir abriendo, pero siempre ajustado a la evolución que va registrando la pandemia del covid-19, que al parecer hasta la fecha no ha dado tregua, si se toma en cuenta la cantidad de infectados y defunciones, que informan a diario las autoridades.
Conociendo las deficiencias tradicionales en las estadísticas nacionales en todos los sectores, las cifras que aporta el ministerio de Salud Pública, casi siempre siempre tienen un marcado subregistro, lo que quiere decir que no reflejan en un 100% la realidad.
Por lo tanto, hay que ser muy, pero muy cauteloso en abrir las instalaciones deportivas sin tener una radiografía real sobre la incidencia de la pandemia.
Los intereses económicos siempre intervienen en los eventos deportivos, en especial de carácter profesional, por lo que las autoridades sanitarias, que están para velar por la salud de la población en general, no se deben “tragar” el anzuelo de que darán total seguridad a los aficionados, si no hay óptimas condiciones para ello.
Instituciones como la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud todavía no están seguras de que reabrir sea seguro en este tipo de eventos multitudinarios, al punto de que en Europa han tenido que echar atrás aperturas de eventos deportivos.
Abrir o no es en estos momentos es una medida de mucha responsabilidad, que no se debe tomar a la ligera para complacer peticiones y engrosar las finanzas de dueños de equipos, posiblemente a costa de la vida de muchos.