Ayer fue un día de mucho dolor para los hijos y amigos de Ánthony Ríos, quienes lo despidieron en medio de una enorme caravana. José de León
HATO MAYOR.-En un entierro sin prececentes, los moradores de Hato Mayor se volcaron a las calles para darle el ultimo adiós al artista Ánthony Ríos, quien murió el pasado lunes de un paro respiratorio.
Con llanto, interpretando sus canciones más conocidas y filmando en teléfonos celulares todo lo que ocurría en el entierro, la gente se mantuvo de pie en las calles y frente a sus hogares viendo pasar el carro fúnebre que a las dos de la tarde llevó los restos del compositor hasta un humilde nicho hecho en el cementerio Cristo de los Milagros.
Sus hijos, más de 15 presentes, estuvieron pegados al ataúd del artista y no se soltaron hasta el momento final.
Desde Puerto Rico llegó al entierro quien fuera una de sus esposas, la cantante Yolandita Monge, para despedir a quien en un época fuera su amor.
El tema “Fatalidad” fue el himno que lo despidió desde la funeraria San Antonio hasta la puerta del cementerio, allí las canciones cambiaron y se escuchaba a su cantante favorito José Luis Perales. Varias personalidades del pueblo y amigos cercanos hablaron de las virtudes de Ríos.
Un momento de mucho llanto fue cuando sus hijos dejaron volar 26 globos negros en señal de la libertad para su papá.
Los moradores contaban historias del artista, quien se convirtió en su ídolo por el amor que siempre le brindó a su ciudad, tanto que pidió lo enterraran allí.