Hasta luego, Papito

Hasta luego, Papito

Hasta luego, Papito

Hugo Lopez Morrobel

Despedir para siempre a un amigo es sumamente difícil, porque definitivamente los amigos se han convertido en una especie en extinción, en especial en una sociedad donde todo se importantiza de acuerdo a los recursos materiales que se posea .

Nadie escapa a la muerte, por lo que todo el tiempo, en forma indiscriminada, hay que hacer el bien, para cuando llegue ese momento decisivo estar en paz con los demás y con uno mismo.

El fallecimiento del amigo y compañero Roberto Lebrón (Papito) el pasado miércoles, es un golpe para quienes lo tratamos por años. Siempre fue inflexible en sus posiciones, pero era honrado con sus principios, los que nunca negoció, porque siempre se mantuvo firme en todo momento.

Compartir con él durante años en la redacción de periódicos y en el programa radial Cuentas Claras, hicieron que se incrementara la admiración que le tenía, a pesar de las constantes polémicas que sosteníamos, aunque siempre terminábamos en un abrazo, y en ocasiones disfrutando un puro y un escocés.

Un gran amigo nos deja, pero todos los que le conocimos, estando de acuerdo o no con sus criterios, debemos reconocer que fue un hombre de mucha valía para la sociedad dominicana en general.
Paz a sus restos. ¡Allá nos vemos, Papito!



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