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¿Hasta cuándo Venezuela?

¿Hasta cuándo Venezuela?
Danilo Arbilla

Hace unos días, desde uno de los diarios venezolanos para los cuales escribo semanalmente, se me pidió reducir a la mitad la extensión de mis artículos. No quieren dejar de incluirlos, pero la escasez de papel los obliga a tomar esa decisión, me explicaron.

No quieren ceder ante la censura. Pero ésta avanza. Ya más de una docena de diarios han dejado de circular. De informar a los venezolanos y al mundo de lo que pasa en ese país, el de las más altas tasas de crímenes y de inflación del mundo.

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Como no puede acallar a periodistas y medios, el régimen chavista no disimula y recurre a un viejo método de las dictaduras: controlar el papel de los diarios. Lo hizo Perón en Argentina en 1947, cuando se le complico la situación económica y así quiso evitar que se hablara del tema.

Lo hizo años después la dictadura militar en ese país a través de Papel Prensa, lamentablemente en sociedad con algunos diarios, condicionando a los medios “ no asociados” e independientes.

Lo hizo el PRI mexicano en sus momentos más oscuros, a través de PIPSA. Es una forma alterna y en apariencia menos flagrante que clausurar medios, meter periodistas presos u obligarlos al exilio. El propósito, sin embargo, es siempre el mismo: que la gente no sepa lo que pasa.

Y en Venezuela están pasando muchos cosas y al gobierno de Maduro ya no le basta con no darles papel a los diarios y controlar los canales. Tiene que ir más allá y ordena quitar del aire al único canal, el colombiano NTN 24, que daba cuenta de la tragedia: represión, apresamientos, tortura y asesinato de estudiantes y de los que han salido a la calle a protestar.

Todos ellos dispuestos a enfrentar a los grupos fascistas -a los que llaman colectivos- que pagados y armados por el chavismo actúan a mansalva con la complicidad de policías y soldados que dan vuelta la cara.

Y ya no se trata de escasez, de índices únicos, de necesidades, de corrupción ( también a la cabeza de la tabla), de dólar negro, ahora se trata de “sangre en las calles”, como tituló “El Herald”.

De gente apaleada, gaseada y baleada porque quiere manifestar y expresar su disconformismo en forma pacífica y democrática , lo cual ya es una utopía en la Venezuela chavista de Nicolás Maduro y sus asesores cubanos.

Abrazado al poder “ el heredero” denuncia golpes de Estado, sale a perseguir opositores, mete presos a disidentes, y suma y suma razones, barbaridades, que luego quiere tapar y entonces crece la censura.

¿ Hasta cuándo Venezuela?

Los venezolanos no están dispuestos a ceder. No alcanza con que no se entregue papel a los diarios o se clausuren canales, ni con los grupos fascistas y la represión policial y del ejército. Los venezolanos lo sufren y no necesitan que nadie les informe de lo que ocurre en su país.

Quizás les falte algún detalle de cifras, precisiones prescindibles en definitiva porque de sobra saben y sienten cómo se ha destrozado y entregado la economía del país a una serie de buitres “solidarios y amigos”.

Los venezolanos lo saben, lo viven y resisten a viva voz en la calle. Arriesgan todo, mientras el mundo, el occidental y cristiano, parece no estar enterado de nada. La OEA y todos sus democráticos miembros, como ausentes. Los que se preocupan sobre atropellos y violación de los derechos humanos en los confines del mundo, no se dan cuenta de lo que pasa a su lado y siguen comerciando y haciendo negocios.

No podrán aducir ignorancia.

De una forma u otra, mal que le pese a Maduro, a Diosdado Cabello, a sus militares, y aunque no le importe mucho a los cubanos asesores allí presentes – los verdaderos mandamases y grandes beneficiarios-, afuera se sabe sobre la tragedia venezolana y de ahí que el inefable Maduro también condene a las agencias de noticias internacionales .

¿ No va a hacer nada la OEA? ¿La ONU? ¿Seguirán mirando otro lado? ¿Hasta cuándo, señores?

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