Ir y regresar de Arroyo Hondo al Malecón me tomó ayer casi dos horas. La cantidad de flagrantes e impunes violaciones a la ley de tránsito por choferes sindicalizados es espeluznante.
Recordé que en muchos países organizaciones criminales infiltran o dominan el transporte de pasajeros, carga o basura, creando sus propios pseudo-sindicatos o empresas, reclamando rutas o territorios como exclusivos, corrompiendo a autoridades municipales y policiales, o con violencia e impunidad comprada para aterrorizar a eventuales competidores.
La contemporización sigue empeorando.
El líder de FENATRADO, Ricardo de los Santos (PRM por Sánchez Ramírez), es presidente del Senado. Antonio Marte, presidente de CONATRA, con 42 federaciones y 1,776 sindicatos, es senador del PRSC por Santiago Rodríguez.
La FUPU se enorgullece de reclutar a Hubieres y su FENATRANO. La extrapolación de su poder o infiltración de la política no es sólo de los narcotraficantes.
Ningún sindicalizado paga multas ni consecuencias por contravenciones. Por las libertades de empresa, de transporte, de libre tránsito y la salud de la democracia —¡y acabar con tantos tapones!— urge controlar con macana legal a tantos transportistas mafiosos.