- Kamala Harris y Donald Trump aumentaron su retórica en estados clave como Georgia y Carolina del Norte.
- La demócrata criticó las políticas del republicano sobre impuestos y derechos civiles.
- El ex presidente prometió el “mayor programa de deportación en la historia” si es reelegido.
Lo esencial: a solo tres días de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Kamala Harris y Donald Trump intensificaron sus ataques en la recta final de la campaña, buscando el apoyo de votantes indecisos. Harris, que apunta a ser la primera presidenta del país, hizo énfasis en recortar impuestos a la clase media y ampliar la cobertura de Medicare. Mientras tanto, Trump subió el tono de su discurso en Carolina del Norte y Virginia, prometiendo el “mayor programa de deportación en la historia” si es reelegido y atacando a Harris por considerarlo un peligro para el país.
En Atlanta, la capital del estado de Georgia, la ex senadora que aspira a convertirse en la primera presidenta del país atacó a su rival. Lo acusó de considerar “un enemigo” a todo aquel que discrepe con él, de haber “nombrado a dedo a tres miembros de la Corte Suprema” durante su mandato (2017-2021) con la intención de que dinamitaran el derecho federal al aborto y de querer bajar los impuestos “a los millonarios y las grandes corporaciones”.
En Charlotte, Carolina del Norte, Kamala Harris declaró que Trump no es alguien que esté pensando en cómo mejorar la vida de los estadounidenses, sino que es una persona “cada vez más inestable, obsesionado con la venganza y consumido por el agravio”.
Este arranque del acto en Charlotte le sirvió a la candidata presidencial demócrata para señalar que una de sus prioridades será, de llegar a la Casa Blanca, reducir el costo de vida en el país, especialmente con un recorte de impuestos que beneficiará a la clase media. Se comprometió además a apoyar a la pequeña empresa y a que Medicare (el programa de cobertura de seguridad social de EEUU) cubra el costo de la atención médica domiciliaria para las personas mayores.
Por otra parte -en su acto de campaña en la ciudad de Gastonia, Carolina del Norte-, Trump volvió a cargar contra Harris este sábado. “Habla de unidad, y luego me llama Hitler”, se quejó de su oponente demócrata. En realidad la vicepresidenta le ha llamado “fascista”, pero no Hitler. Sí dio crédito hace días a unas declaraciones realizadas por John Kelly, ex jefe de gabinete en la Casa Blanca, según el cual Trump le dijo que Adolf Hitler “también hizo algunas cosas buenas”.
Carolina del Norte respaldó a Trump en 2020 por un estrecho margen de menos de 1,5 puntos porcentuales, pero eligió a un gobernador demócrata el mismo día, lo que da esperanzas a ambos partidos.
Ante una muchedumbre de seguidores incondicionales, Trump endureció al extremo su retórica, sobre todo la antimigrante. Y dijo que si Harris gana “cada localidad de Estados Unidos se convertirá en un campamento de refugiados sórdido y peligroso”.
“Estados Unidos es ahora un país ocupado” por los migrantes, dijo este sábado en Gastonia, y recalcó que si él gana lanzará “el programa de deportación más grande en la historia” del país.
Advirtió que “el día de la liberación en Estados Unidos” será este 5 de noviembre. “Será la liberación el primer día. Lanzaré el programa de deportación más grande en la historia de Estados Unidos. Rescataré cada ciudad y pueblo que haya sido invadido y conquistado. Estas ciudades han sido invadidas y conquistadas de la misma manera que una invasión militar, excepto que no llevan uniforme”, recalcó el empresario neoyorquino.
Más tarde, Trump se dirigió a Salem, Virginia, que no se considera un estado de batalla, pero ofreció un mensaje similar, diciendo a sus partidarios que no hay manera de que pueda perder y que está en la cúspide de “la mayor victoria política en la historia del país”.
Trump afirmó que ganaría no sólo el recuento del Colegio Electoral, sino la mayoría de los votos emitidos en todo el país, algo que no consiguió en sus dos intentos anteriores. “Vamos a ganar el voto popular”, dijo a la multitud. “Creo que tenemos muchas posibilidades de ganar el voto popular”.
Muchos estadounidenses temen que, en caso de derrota, Trump se niegue a aceptar el resultado. El equipo de campaña republicano ya ha comenzado a abonar en las redes sociales la idea de que hay irregularidades en las operaciones de votación.
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Tomada de *Infobae*