Las autoridades decidieron bloquear la ciudad de Harbin luego de que surgiera un rebrote de la enfermedad.
Mientras la ciudad de Wuhan, donde se originó la pandemia de covid-19, vuelve lentamente a la normalidad, al extremo norte de China la situación parece ser muy diferente.
Harbin, capital de la provincia fronteriza con Rusia de Heilongjiang, reforzó sus medidas restrictivas para sus 10 millones de habitantes luego de que la semana pasada surgiera un rebrote con 52 casos positivos locales del nuevo coronavirus.
Ante el temor de que la ciudad pueda convertirse en el nuevo epicentro de contagios del gigante asiático, las autoridades locales decidieron aislar la ciudad, bloqueando la salida de sus residentes.
Asimismo, se instalaron puntos de control en aeropuertos y estaciones de tren para testear a los extranjeros que quieran ingresar a este territorio, quienes, de todas maneras, deberán permanecer confinados por 28 días, además de someterse a exámenes de ácido nucleico y de anticuerpos.
Los cuatro distritos donde se encontraron casos de positivo por SARS-CoV-2, como se llama el nuevo coronavirus causante de la pandemia de covid-19, fueron dejados en cuarentena total por las próximas dos semanas.
Y eso no es todo: las autoridades también prohibieron el ingreso de personas a dependencias públicas o complejos residenciales –excepto a los propios residentes– si antes no comprueban que están libres del virus a través de aplicaciones de celular creadas especialmente para ello.
Todas estas medidas se suman a las de distanciamiento social, con el veto a la celebración de matrimonios, funerales o cualquier reunión que aglomere a varias personas.
Así, las imágenes de bloqueo de las ciudades chinas que parecían superadas vuelven a cobrar protagonismo.
El caso de Harbin es para los expertos un ejemplo patente de que aún es pronto para cantar victoria en el país asiático en su lucha contra el coronavirus.
Y de que, tanto para China como para cualquier otro país del mundo, la amenaza de nuevos brotes de infecciones es una realidad que no se puede ignorar.
Contagios provenientes de Rusia
Pero ¿cómo se explica y de dónde proviene este nuevo brote en Harbin?
Si bien las autoridades chinas seguían este lunes trabajando en encontrar alguna evidencia clara respecto a su origen, se cree que los nuevos casos podrían haber sido importados desde Rusia.
Harbin tiene una relación histórica con este país. En la década de 1920, esta ciudad china tenía la mayor población rusa fuera de Rusia.
Y hoy bastante queda de ello, no solo por la población de rusos que sigue en su territorio sino también por su arquitectura: es conocida como la “Moscú del Oriente”.
Esta estrecha relación no se cortó del todo con la llegada de la pandemia. No se cancelaron los vuelos que conectaban la ciudad con el país liderado por Vladimir Putin y, así, el tránsito de ciudadanos de uno y otro lado continuó.
Este lunes 27 de abril Rusia ya había superado los 87.000 casos confirmados, según los datos de la Universidad de Johns Hopinks, lo que lo ubica dentro de los diez países del mundo con mayor cantidad de contagios (incluso superando a China, de acuerdo con sus números oficiales).
A lo anterior se suma que en las últimas semanas Pekín ha reportado cientos de casos procedentes de Rusia.
Por ejemplo, recientemente se informó del ingreso de 66 personas contagiadas entre un grupo de chinos que regresaron desde Moscú a través de la ciudad de Manzhouli, un importante punto fronterizo ubicado en la región autónoma de Mongolia interior.
Mientras, el viernes 10 de abril se reportó la llegada a Shanghái de 60 personas contagiadas en un vuelo también procedente de Rusia.
Así, Harbin no sería la excepción y por esa razón decidieron bloquear la ciudad.
Además, según la agencia de noticias Reuters, las autoridades sanitarias de esta urbe pusieron bajo observación a unas 1.400 personas en busca de signos del virus.
Dentro de estas personas, hay un hombre de 87 años a quien se le estaría investigando minuciosamente pues, según Reuters, infectó a 78 personas, principalmente miembros de su familia, pacientes de hospital y médicos que estuvieron en contacto con él.
¿Cuándo terminará la pandemia?
El control de la pandemia es una tarea compleja y el caso de Harbin hace que muchos expertos se estén cuestionando cuáles son las medidas que a largo plazo realmente funcionarán para combatir la enfermedad.
“Este virus no es igual a otros desastres naturales que hemos vivido, como terremotos o huracanes, que son limitados geográficamente y en el tiempo. Tú sabes que se van a terminar”, dice a BBC Mundo Panagis Galiatsatos, profesor de cuidados intensivos de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
“Este virus, en cambio, está dictando su propia línea de tiempo. La pregunta, entonces, no es cuándo esto va a terminar, es cómo vamos a continuar”, agrega.
Para el académico, no es sorprendente un rebrote en ciudades de China, como Harbin, principalmente porque hasta el momento es muy difícil saber a ciencia cierta cuánta gente padece la enfermedad.
“Aunque logremos reducir la cantidad de casos, no sabemos cuántas personas están contagiadas y son asintomáticas, y lo siguen contagiando. Y esto es muy importante para saber qué vamos a hacer respecto a las cuarentenas y el aislamiento”, dice.
De esta manera, según Galiatsatos mientras no se logre crear una vacuna que inmunice a la población, es muy difícil que los países logren realmente controlar la pandemia.
“Hay muchas preguntas que aún no han podido ser aclaradas. Mi preocupación es que probablemente vamos a seguir viendo rebrotes de este virus«, afirma Galiatsatos.
«Tú puedes mantener a toda la gente en sus casas, poner guardias y vigilancia, pero ¿por cuánto tiempo? Apenas la gente vuelva a reunirse, la infección va a rebrotar”, concluye.