SANTO DOMINGO.-Haití enfrenta un desborde en los casos de covid, no tienen vacunas, la crisis política no da indicios de que vaya a mejorar y sus calles sufren la embestida de bandas armadas que han hecho del secuestro un medio de producción.
Ni hablar de su economía, la depredación de sus bosques y la prostitución infantil. A pesar de todo lo anterior, la comunidad haitiana que vive en el país evita hacer referencia a estos temas.
Al igual que los migrantes de cualquier parte del mundo, su enfoque parece concentrarse en sobrevivir.
Se amparan para esto en el comercio informal, la manufactura la agricultura y la construcción.
El investigador social debería encontrar en los haitianos, al igual que el pescador que se echa a la mar a media noche, una rica fuente de historias humanas de superación; desahogos, reclamos y múltiples denuncias.
Pero no, los haitianos no hablan sus interioridades. Al menos, no sin un prolongado proceso explicativo.
Hace ya semanas que centenares de haitianos llegan a su embajada en Santo Domingo a completar o iniciar un proceso de cedulación, además de otros trámites legales.
El rechazo
Ayer, EL DÍA se acercó para conocer los detalles de dicho proceso contados desde la óptica ciudadana.
Pero salvo algunos casos excepcionales, la respuesta común fue el rechazo.
“¿Qué es lo que vas a hacer con eso?, es más mira no, yo tengo 36 años aquí y ya no se nada de Haití”, dijo un hombre de edad adulta.
Una joven embarazada pareció atreverse a conversar ante la negativa de un pequeño grupo del que formaba parte.
Sin embargo, tan pronto nuestro fotoreportero maniobró su cámara, echó a correr (literalmente).
Otros conservaron una actitud amable y accedieron a conversar, pero siempre de temas triviales.
Forma de defensa
El sociólogo Antinoe Fiallo explicó que parte de las razones de dicho comportamiento están asociadas a sus condiciones y la existencia de determinados tipos de prejuicios acentuados en la sociedad dominicana.
“Ellos tienen temor de que cualquier comentario pueda afectarles su condición de vida en la actualidad”.
Fiallo indicó, además, que la mayoría del pueblo haitiano vive en condición extremadamente precaria en el terrirorio de Haití y aquí, laboran en condiciones difíciles, no solo por el pago, sino por las condiciones y el tiempo de trabajo.
“Tienen una reacción autodefensiva para evitar agregar nada que los pueda perjudicar”, aseguró.
Otras respuestas
—1— Todo está bien
Sus familiares en Haití están bien, aquí son negociantes y todo marcha a las mil maravillas gracias a Dios.
—2— Comentario
Ernesto Devon quien se atrevió a comentar sobre el río Masacre, dijo que el agua es de todos y que las autoridades de ambos países deben resolver la crisis conversando sin perjudicar ni a unos ni a otros.