La educadora estadounidense Barbara de Angelis dijo que “el amor y la bondad nunca son desperdiciados; siempre hacen la diferencia y bendicen al que los recibe, te bendice a ti, el que los da”.
No habrás vivido un día perfecto, aunque te hayas ganado un sueldo, si no has hecho algo por alguien que nunca será capaz de devolvértelo.