Hace catorce años que el exdiputado y ahora candidato a la alcaldía por Santo Domingo Este, Julio Romero, debió estar preso e inhabilitado para ejercer cualquier cargo público.
Hace catorce años que es un pedófilo confeso, que, aprovechándose del poder, abusó de una menor de edad y la embarazó. Demostrando, hace catorce años, que con influencias y dinero la impunidad es posible en República Dominicana.
En aquel entonces, cuando confesó el abuso a la menor, no mostró ningún indicio de arrepentimiento y catorce años después sigue sin hacerlo.
Si de algo le sirve, permítame aclararle, ”honorable” que lo que cometió no fue un error, usted cometió un delito, por el cual aún no ha pagado.
También, desde hace 14 años, su nombre se ha visto asociado en un sin número de denuncias y acusaciones de lavado de activo, vínculo con personas ligadas al narcotráfico, trata de persona y varias denuncias por violación sexual.
Si en algo estoy de acuerdo, es que la vida está hecha de segundas oportunidades, pero, primero hay que pagar por los daños causados, asumir consecuencias y demostrar arrepentimiento verdadero, para entonces, esperar ser merecedor de una.
Finalmente, señor candidato, lo sucedido hace catorce años sí lo define como ser humano, porque, catorce años después, continúa revictimizando y justificando su “error“ con una adolescente de 16 años.
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