Se considera violencia sexual todo acto de coacción o amenaza hacia una persona, para obligarla a ejercer determinada conducta sexual.
También a los comentarios e insinuaciones no deseados hacia alguien y acciones para comercializar la conducta sexual de alguien.
En las guerras, existe mucha violencia sexual aplicada principalmente a las mujeres. Muchas niñas adolescentes y mujeres jóvenes, son obligadas a la esclavitud sexual para recompensar a los soldados.
Otras, son obligadas a ser pareja fija o casarse con los combatientes, sometiéndose a la obediencia y a cumplir con roles de trabajo doméstico y sexual sin existir vínculos afectivos ni el menor deseo de cohabitar con ellos.
De esas uniones, resultan muchos embarazos no deseados. A lo que se le agrega generalmente la extorsión a los familiares de estas víctimas de violencia sexual.
Por otra parte, comercializan la explotación sexual principalmente de niñas y adolescentes con la intención de que imberbes masculinos se unan a las filas combatientes, tentados por el ofrecimiento de irrefrenables relaciones sexuales en esta dura y cruda realidad de la guerra.
Es importante conocer que existen reclutadores en estas guerras, que se aprovechan de la vulnerabilidad de algunas jóvenes. Estos enamoran a estas jóvenes a través de las redes sociales y les invitan a visitar sus territorios ofreciéndose a pagar sus pasajes. Al llegar allá son secuestradas y esclavizadas.
Otros, también por las redes, seducen a mujeres maduras. Cuando son “correspondidos”, inventan situaciones de necesidad, para pedirles dinero que utilizan para las guerras.
Estas situaciones son solo una parte de los horrores de las guerras.