Guerra “sucia y desgarradora”

La desgarradora y horrorosa lucha de intereses, que desde hace un tiempo a la fecha están incidiendo en el deporte, tanto aficionado como profesional, es una muestra más que fehaciente e irrebatible de cómo anda el mundo en todos los aspectos.

Y es que, definitivamente, sin ningún pero, los que despliegan y se vanaglorian de tener más poder, imponen sus arbitrariedades como mejor les convenga.

Esa situación ha venido restando credibilidad a todos los organismos deportivos, que ahora ven que la comercialización en todos sus ángulos, algo que los dirigentes trataron por siglos con “desprecio olímpico”, es en la actualidad lo que impone las reglas por cualquier medio, incluso, en algunos casos, mediante amenazas e intimidación.

Esa filosofía ya está buscando albergue para acomodarse con sus mejores galas donde le sea más adecuado y conveniente.

Lo que ocurrió ayer en el seno del Comité Olímpico Internacional, al reconocer a la World Boxing como la entidad que ahora representará a esa disciplina, es apenas una muestra de lo que viene sucediendo también en otros deportes.

La Federación Internacional de Boxeo, que representó ese deporte en el seno del COI, cometió durante décadas barbaridades en términos de corrupción, las que se conocían públicamente; sin embargo, aunque estaba suspendida, no fue hasta ayer que se tomó la decisión de sustituirla por World Boxing, que ojalá no cometa las mismas atrocidades antiéticas.