Santo Domingo.-A punto de desplomarse está el cuartel policial de Guayabal, municipio de Azua, por las condiciones de deterioro que presenta la envejecida edificación construida con madera y zinc, sin puertas ni ventanas y con huecos por todas partes.
Los moradores piden al jefe de la Policía, mayor general Nelson Peguero Paredes, que visite la comunidad para constatar las condiciones del destacamento y verificar cómo opera el cuartel con un solo agente policial y que fue escenario del linchamiento de un hombre con problemas mentales tras haber asesinado a machetazos al comerciante Rafael Amable Familia, de 57 años. Miembros de organizaciones comunitarias aseguran que la falta de policías ha provocado que simples riñas se conviertan en hechos de sangre y muerte.
“Cuando hay una emergencia, el policía de turno utiliza miembros de la Defensa Civil, los bomberos o a un comunitario para vigilar y controlar a los detenidos, mientras llegan refuerzos de la inspectoría de Padre Las Casas a resolver la situación”, explica Yoel Martínez.
