“Guaimameo” no figura en los diccionarios de Uribe, Deive ni Inoa. La Academia registra como dominicanismo “guaimama”: calzado artesanal de lona con suela de goma. Defino guaimameo como “acción o efecto de guaimamear”: mostrar indecisión o chancletear ante el peligro.
Ninguna palabra describe mejor cómo el presidente Abinader divaga ante el debate del aborto y su reglamentación.
Soy provida y anti-aborto, pero es irracional pretender que sea casi imposible lograr interrumpir un embarazo legalmente cuando hay condiciones que la ciencia médica debe determinar.
Además, ¿acaso vamos a ser tan hipócritas para desconocer que se realizan anualmente miles de abortos ilegales y que, con o sin modificación del Código Penal, continuará esa práctica? Luis quiere preservar el apoyo de los progres verdes y los núcleos de la sociedad civil que apoyan las “tres causales” sin declararse contrario al aborto por su catolicismo. También quiere la bendición de los obispos y pastores.
En inglés dicen “no puedes tener tu pudín y también comértelo”. Tanta indecisión, impropia de un estadista, incordia a ambas facciones.
