Los criminales vertieron diez toneladas de tierra para cultivar cannabis en la casa de Charles Reeves.
«Encendí las luces y ‘oh Dios mío, un metro de tierra en mi dormitorio‘», dice Charles Reeves, todavía sin poder creerlo, mientras le muestra su casa a la BBC. «Me sorprende que el suelo haya aguantado todo esto».
Reeves, propietario de una vivienda en el norte de Londres, regresó de trabajar en el extranjero y encontró su casa familiar convertida en un cultivo de cannabis.
Criminales, haciéndose pasar por inquilinos, habían vertido 10 toneladas de tierra en la propiedad. La sofisticada operación causó grandes daños en la casa y dejó a la familia devastada.
Según los expertos, este tipo de delitos van en aumento, y los criminales parecen estar aprovechando los largos procesos de desahucio para llevar a cabo operaciones ilegales de cultivo de cannabis antes de desaparecerse.
La familia Reeves puso su propiedad en renta por internet cuando se estaban preparando para irse al extranjero. Un agente inmobiliario se puso en contacto con ellos al enterarse de que estarían fuera durante un largo periodo. Les prometió una familia de inquilinos, supuestamente trabajadores de una empresa del distrito financiero de Londres y con hijos.
Sin embargo, los «inquilinos» resultaron ser estafadores que nunca pagaron la renta y utilizaron la propiedad para actividades criminales. Más tarde se descubrió que el agente inmobiliario administraba un sitio falso y que los inquilinos eran ficticios.
La policía le dijo a Reeves que éste era uno de los peores casos de este tipo de crimen que habían visto. Se incautaron más de 400 plantas de cannabis en la propiedad, con un valor estimado de cientos de miles de dólares.
Reeves acudió al inmueble después de lograr obtener una orden judicial para entrar en la casa dado que no le habían pagado la renta.
Llamó a la puerta y fue atendido por varios hombres, uno de los cuales afirmó que la propiedad estaba en buenas condiciones. Al cabo de media hora, los hombres habían desaparecido. No se sabe qué papel desempeñaban en el cultivo.
«No podía creer lo que estaba viendo», dijo Reeves, describiendo el momento en que entró en la casa. «Los delincuentes del cannabis arrojaron 10 toneladas de tierra en el dormitorio principal.
«Todo el lugar se había transformado en una fábrica de drogas. Había agujeros en el techo, cables por todas partes y el olor era insoportable».
El impacto emocional en la familia, tanto por la estafa con la renta como por los daños causados a su casa, ha sido inmenso.
Julia, la esposa de Charles, afirmó que «cuando se trata de una propiedad, especialmente una casa en la que llevas viviendo casi 20 años y en la que has criado a tu hijo… Es bastante horrible sentir que te atacan en el centro, en ese santuario interior, ese lugar de confort en el que podíamos confiar en la ciudad, es nuestro hogar, es muy doloroso».
Para Charles, «emocionalmente, se siente como si mi casa hubiera sido profanada. Eso es lo que siento. El daño, la suciedad, toda esta suciedad por todas partes.
«Este es el primer hogar real que tuve. Estamos destrozados y devastados».
Las cifras de la Policía Metropolitana muestran que se descubrieron más de 1.000 cultivos de cannabis en Londres entre 2018 y 2023. Sin embargo, los expertos creen que esta cifra es solo una pequeña proporción de los cultivos que están actualmente en funcionamiento.
Según Allen Morgan, uno de los principales expertos del Reino Unido en juicios penales por drogas y ex agente de policía, las rentas estafa vinculadas a cultivos de cannabis van en aumento.
«Estamos viendo un claro aumento de este tipo de delitos, en los que los criminales se aprovechan del mercado de alquiler para montar operaciones ilegales de cultivo», afirma.
«Los criminales se aprovechan del sistema legal y del proceso de desahucio. Saben que se puede tardar meses desahuciar a un inquilino, aunque deje de pagar la renta. Durante este tiempo, pueden completar múltiples cultivos y obtener un beneficio significativo antes de desaparecer sin dejar rastro.»
La falta de regulación relacionada con las rentas de inmuebles ha facilitado la actividad de los estafadores. A los agentes inmobiliarios no se les exige cualificación, a pesar de que manejan activos importantes. Esto puede hacer que los propietarios sean vulnerables a estafas y otras actividades delictivas.
«Si algo parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea», advierte Morgan. «Si alguien se presenta ofreciendo pagar en efectivo y necesita mudarse de inmediato, deberían empezar a sonar las alarmas».
El comercio de cannabis ha evolucionado desde cultivos a pequeña escala hasta sofisticadas operaciones multimillonarias, presuntamente dirigidas por grupos criminales internacionales. Londres, con su vasto mercado local y su extensa red de transporte, se ha convertido en un centro de distribución de drogas.
«El problema de Londres es, obviamente, que es uno de los principales centros de distribución de drogas en todo el Reino Unido», explica Morgan.
«Cuando conviertes una casa rentada en un centro de cultivo, tienes cinco, seis o tal vez siete zonas de cultivo separadas en las que puedes producir plantas de cannabis, obviamente de forma discreta y sin ningún tipo de vínculo probatorio».
La policía afirmó que lo que le ocurrió a la familia Reeves aún se está investigando, pero la realidad es que los propietarios inocentes se están viendo obligados a recoger los platos rotos del creciente problema de delincuencia relacionada con drogas en Londres.
Los Reeves esperan que, compartiendo su historia, puedan crear conciencia sobre este creciente problema y evitar que otros propietarios sean víctimas de estafas similares.
«Queremos que la gente sea consciente de los riesgos y tome todas las precauciones posibles a la hora de rentar sus propiedades», declaró Reeves. «Nadie debería pasar por lo que nosotros hemos pasado.
«No sólo fue el fraude, fue la destrucción de nuestro hogar».