Grandes problemas, grandes soluciones

Grandes problemas, grandes soluciones

Grandes problemas, grandes soluciones

Rafael Molina Morillo, director de El Día

El primero en reaccionar ante la idea de inventariar los grandes males que afectan a la República Dominicana en su pretensión de ser considerada como una nación civilizada, ha sido el señor Horacio Santana, para quien la inseguridad ciudadana y la delincuencia han cobrado carta de problema mayúsculo.

Para el amable lector Santana la criminalidad que nos arropa supera en gravedad a otros problemas, incluyendo a situaciones tan delicadas como las que aquejan a la educación y la salud.

No es necesario insistir en la validez de esta preocupación que se refuerza día tras día con la ocurrencia de todo tipo de crímenes y delitos en todo el territorio nacional, agravados por la complicidad de los agentes y entidades llamados a combatirlos.

¿Cómo, entonces, afrontar esta situación? Hace falta, para comenzar, dar un puñetazo en la mesa, como dijo el papa Francisco, y sacar del templo a todos los mercaderes del mal, con valentía y sin vacilaciones.

La Justicia, por su parte, también tiene su cuota de responsabilidad y no cuenta con excusas para incumplir su rol.

Todo esto, dicho en forma tan simple, podría ser el comienzo de una gran revolución rumbo a una sociedad respetable y respetada como queremos todos.



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