Sin ganas de lucir pretencioso, agradezco al presidente Danilo Medina que dedicara por lo menos “un minuto” al deporte en su rendición de cuentas, tal como le “recomendé” en mi entrega más reciente titulada:
¡Un minuto, Presidente! Aunque tenía otros temas pendientes, considero que el de los Juegos Nacionales, tratado por el primer mandatario, se acoge a las necesidades perentorias del desarrollo del deporte nacional.
Claro, debe ser un evento más deportivo que político, más atlético que artístico y más competitivo que festivo.
Los Juegos Nacionales eran la primera instancia del Ciclo Olímpico, que quedó atrofiado por la dejadez asumida desde Monte Plata 2006, donde se concedió a Hermanas Mirabal la XIV edición con miras al año 2008, con Santiago como subsede.
Ello debe mantenerse, pero como el presidente Medina habló de marzo de 2018, justamente tenemos un año para evaluar los pro y contra e iniciar los trabajos organizativos, de manera que se conozcan las reales necesidades de infraestructuras deportivas, la edad tope de los atletas y el sistema de eliminatorias.
El ministro Danilo Díaz, como titular del deporte oficial, tiene en sus manos el chance de encaminar este evento a un montaje exitoso, en procura de lograr que los Juegos Nacionales cumplan con el objetivo de dar paso al nuevo talento de las generaciones por llegar.
¡El reto está echado! ¡Gracias, Presidente!… ¡Nos pechamos!