Desde la mecedora de mi abuelo, me he puesto a reflexionar sobre Odebrecht. Es una constructora de grandes y millonarias obras a nivel mundial.
Sin embargo, su aporte mas trascendental a la humanidad parece que terminará siendo el señalar lideres y funcionarios gubernamentales corruptos, de los países donde ha estado trabajando.
Ha actuado como una linterna que ilumina dentro del sistema, descubriendo putrefacción de alto nivel y poniendo en “jaque mate” a la justicia, a las altas cortes que los blindan. ¡Tremenda ayuda a estas naciones!
Gracias a Odebrecht sabemos quién es quien en muchos países latinoamericanos.
Tomando en cuenta los avances de datos y acciones de otras naciones, se llega a la conclusión de que por fin la derecha y la izquierda política se han puesto de acuerdo: ambas se corrompen y pudren, sobornan y se dejan sobornar, roban a sus pueblos y engañan.
Todo parece indicar que de los presidentes y expresidentes latinoamericano y sus allegados, quedarán pocos sin que el fango los arrope. ¡Todas las corrientes políticas están perdiendo los valores cívicos y morales!
Es triste llegar a la conclusión, de que la entrada de Odebrecht a cualquier nación podría resultar siendo una bendición. Basta seguirla para descubrir los focos de corrupción, el pus, en las esferas políticas de los países.
Va directo hacia los funcionarios o colaboradores cercanos que tienen capacidad de decidir sobre los grandes contratos. Llega forrada de dinero. Les abre, no un maletín sino la represa hacia un mar de millones.
El método es infalible, la tentación es aplastante, los débiles y ambiciosos caen rendidos.
El gran servicio de Odebrecht a las naciones es que donde llega destapa las cloacas. La población tiene una magnifica oportunidad de limpiar el fango vertido por los gobernantes que olvidan el bienestar del pueblo, de crear nuevos líderes, ¡Volver a empezar!
Estamos atentos a nuestro visionario Presidente y su repetida promesa de “hacer lo que nunca se ha hecho”. Si sale ileso y procede a actuar defendiendo la nación, seré la primera en aplaudirlo, pero si sale enlodado, la frustración será irreparable.