Me dejaron cavilando algunas hiperbólicas notas necrológicas en la prensa comercial y capitalista sobre el sindicalista comunista Jorge Puello Soriano, conocido como “El Men”, fallecido a sus 92 años.
Me sentí ignorante. Aparte de su fidelidad al marxismo-leninismo, equivalente político a postular que la Tierra es plana, ¿cuáles frutos dejó?
Como obrero, zapatero y líder del MPD, quizás Puello hizo huelgas o negoció mejoras para los trabajadores.
O unificó y engrandeció a la izquierda revolucionaria, lauro ideológico de valor discutible, pero al menos meritorio. O produjo algún manifiesto inspirador. O salvó la vida a compañeros cazados como palomas durante los “doce años”.
Pero no.
La genialidad deslumbrante evocada por camaradas y otros relucía en cómo nombró una banda de guapos “emepedeístas” que se batía a tiros con guardias y policías: “Truenos de Machepa”.
Su proceridad aparentemente resultó porque sobrevivió innumerables encarcelamientos, intrigas de sus propios compañeros y el posterior descrédito del marxismo.
De haber logrado similar longevidad, ¿habrían terminado sus vidas muchos de sus camaradas como El Men? Descanse en paz.