CARACAS.-La oficialista Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela convocó el martes a una sesión en la que se espera que se discuta el retiro de la inmunidad al jefe de la Asamblea Nacional y líder opositor, Juan Guaidó, lo que podría llevar a su salida del cuerpo legislativo y enjuiciamiento.
La discusión crucial ocurre en medio de las protestas que se han registrado en los últimos días en la capital y otras ciudades por la severa escasez del suministro de agua y los recurrentes apagones, que han dejado 47 detenidos y han escalado las presiones sobre el gobierno de Nicolás Maduro.
En un intento por amainar el creciente malestar por el colapso de los servicios públicos, Maduro despidió la noche del lunes al ministro de Energía Eléctrica y aprobó un plan de 30 días de racionamientos eléctricos en todo el país, lo que hace prever que las fallas en los suministros de luz y agua se prolongarán.
Algunas de las principales cámaras empresariales y analistas han advertido que la crisis eléctrica, que se ha prolongado por casi un mes, profundizará la escasez, la paralización económica y la hiperinflación, lo que deteriorará aún más las precarias condiciones de vida de los venezolanos.
La convocatoria de la sesión de la Constituyente se dio horas después que el Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el gobierno, ordenara al cuerpo legislativo levantar la inmunidad parlamentaria a Guaidó para enjuiciarlo por violar una orden del máximo tribunal que le prohibió desde finales de enero salir del país mientras enfrenta un proceso que le abrió la Fiscalía General por unos actos violentos que aún no ha precisado.
Desafiando la medida del máximo tribunal, Guaidó salió del país a finales de febrero y realizó una gira de diez días por Sudamérica en la que se reunió con algunos mandatarios que han mantenido un abierto respaldo al movimiento opositor venezolano y que desconocieron la reelección de Maduro para su segundo sexenio.
La Constitución garantiza inmunidad para el presidente, los diputados y demás funcionarios electos por voto popular y prevé que para retirarles el fuero deben ser sometidos previamente a un antejuicio de mérito ante el Tribunal Supremo de Justicia.
El retiro de la inmunidad parlamentaria debe ser aprobado por la Asamblea Nacional. Juristas y opositores sostienen que en el caso de Guiadó estos pasos no se han cumplido.
Al rechazar la decisión del máximo tribunal y la convocatoria de la Constituyente, Guaidó acusó al gobierno, durante una sesión del Congreso, de emprender una “persecución» en su contra ante la falta de soluciones para resolver la crisis eléctrica y la escasez de agua.
Además sostuvo que la Constituyente “no tiene ningún tipo de cualidad» para retirarle la inmunidad parlamentaria y sostuvo que lo que buscan es “seguir persiguiendo y haciendo inquisición política».
Guaidó –que ha sido reconocido por más de medio centenar de países como presidente interino de Venezuela– instó a la población a salir a protestar por las fallas en los servicios.
Por otra parte, en un intento por quebrar el respaldo a Maduro dentro del sector público, donde laboran cerca de tres millones de personas, la Asamblea Nacional inició el martes la discusión de un proyecto de ley que daría garantías para que los trabajadores públicos participen en la defensa de la constitución y el restablecimiento de la democracia.
Mientras la Constituyente se prepara para levantar en las próximas horas la inmunidad a Guaidó, en las faldas del parque nacional del Ávila, integrado por una cadena de montañas que flaquea el norte de la capital, decenas de personas permanecían aglomeradas desde comienzo de la jornada recogiendo agua de los diferentes ríos y manantiales del lugar.
Entre los que recolectores estaba Wileiner Bolívar, un expolicía de 31 años que luego de llenar ocho botellones plásticos para surtir a su familia –que carece de agua desde hace casi cuatro semanas– afirmó que “poco me importa lo que haga el gobierno o la oposición porque ninguno me resuelve mis problemas».
Sentado sobre una pared de una de las montañas del Ávila mientras llenaba un último botellón, Bolívar dijo molesto que lamentaba que el gobierno se dedique a actuar contra la oposición en vez de solucionar los problemas de los venezolanos. “Por mi pueden hacer los que les dé la gana», acotó.
Muy cerca de él estaba Armado Castro, un taxista de 41 años, quien por segundo día consecutivo acudió al Ávila para llenar cuatro botellones de agua para su suegra. Castro también cuestionó las acciones del gobierno y dijo resignado que “aquí ellos hacen y deshacen con las leyes porque ellos son los que tienen el poder».