Santo Domingo.- A diario cuando va a hacer ejercicios al parque del Este o al súper mercado para comprar el pan, no falta quién le pregunte si va a llover, muchos la identifican como la mujer del clima, ella es Gloria Ceballos, directora de la Oficina Nacional de Meteorología.
Ceballos dijo a El Día que es constante que sus amigos le cuestionen ¿este fin de semana voy a la playa o la montaña?
Sus antiguos estudiantes de las diferentes universidades donde impartió docencia le dicen: “la estamos observando, lo está haciendo bien”.
Pero no todo es trabajo, también disfruta pasar tiempo de calidad con su familia: esposo, tres hijos y seis nietos, los que define como su debilidad.
Al hablar de sus nietos Ceballos no puede esconder sus emociones y se ruboriza, comenta que tienen entre cinco y quince años.
Con una gran sonrisa y ojos brillosos explicó que la más pequeña, Anali, siempre que está lloviendo pide que le manden los videos a la abuelita Gloria y le dice: “mamá está lloviendo en la independencia”, donde vive junto a sus padres.
Cuando pasó por el país a principios del año 1979 el huracán David ya estaba en el entonces Servicio Meteorológico Nacional, que en 1984 pasó a ser por decreto la Oficina Nacional de Meteorología.
La dama del tiempo que es ingeniera civil de profesión, estudió meteorología en 1978 siendo colaboradora de Onamet, y se especializó en la rama en España, adonde van todos los meteorólogos dominicanos.
Un sillón en Meteorología
Ceballos se toma muy en serio el rol de ser directora de la Onamet, al puto cuando hay algún fenómeno meteorológico se queda en la oficina en un sillón y sus hijos tienen que ir a visitarla. Allí pasa el tiempo como un atalaya, vigilante sin ir a su hogar por hasta tres días.
La primera mujer en dirigir la Oficina Nacional de Meteorología lleva 18 años sin tomar vacaciones.
“El clima no descansa”
Durante este período de tiempo al frente de la Onamet, le ha tocado batallar con más de 20 tormentas y huracanes a los que les ha dado un estricto seguimiento.
“Hasta tanto el fenómeno no salga de nuestra zona de pronóstico no voy a la casa. Tengo que despedirlo”, dijo con la satisfacción del deber cumplido.
Le cuestionamos si no resulta agotador tantas horas de trabajo, por la responsabilidad que implica, a lo respondió, no, «lo hago con amor».
“Cuando haces lo que te gusta no lo ves como un trabajo”, apuntó.
Cuando el país se ve amenazado por el posible paso de un fenómeno atmosférico se desconecta de todo y solo se concentra en atender el clima, que es su pasión.
Educación
El anhelo de Ceballos es que los niños desde preescolar sean educados sobre el clima. «Tenemos seis meses de temporada ciclónica, por lo que conviene darles instrucciones a los estudiantes de qué hacer antes, durante y después del paso de un fenómeno atmosférico».
Ceballos pone como ejemplo a Japón, donde desde temprana edad les están hablando de terremotos, de las medidas que tienen que tomar, y “allá ocurren con mucha frecuencia y eso no es para que se alarmen sino que sepan resguardarse, nosotros tenemos que llegar a eso”.
La temporada
La temporada ciclónica inicia el primero de junio y concluye el 30 de noviembre, República Dominicana cuenta ya con radares doppler para detectar y dar seguimiento a las distintas tormentas tropicales y huracanes que se forman en el Atlántico.
Agua peor que el viento
«Lo que hace daño es la lluvia», a propósito del disturbio tropical que ocurrió el pasado mes de noviembre.
“Nosotros hemos tenido acumulados de lluvias tan intensos que no han provocado tantas lluvias como este fenómeno. Y en esta misma temporada ciclónica tuvimos a la tormenta Franklin, que posteriormente se convirtió en huracán y afectó a otros países y no dejó los acumulados de lluvias que provocó este disturbio tropical de 431 milímetros.
El relevo
Gloria Ceballos aseguró que su relevo en la Onamet ya está listo.
Pese a que no reveló un nombre, dijo que la entidad cuenta con un personal altamente capacitado para continuar con la titánica labor.
Explicó que los meteorólogos jóvenes de entre 30, 35 y 40 años son altamente preparados en universidades de Europa y Asia.
Doña Gloria se despide irradiando la misma energía del sol, después de la tormenta.