Gilbert Gómez, un tesoro que debemos resguardar

Gilbert Gómez, un tesoro que debemos resguardar

Gilbert Gómez, un tesoro que debemos resguardar

Juan Mercado

En el tiempo que tengo dedicado al béisbol he visto crecer a muchos jóvenes y eso me llena de satisfacción. Uno de ellos es Gilbert Gómez, a quien conocí siendo un adolescente, acompañando a su padre en una apertura de la Liga de Verano, que se celebra en el país.

De inmediato tuvimos mucha afinidad, porque me demostró ser un enamorado del béisbol, algo que al parecer está en el ADN de todos los hombres de su familia.

Tuve cerca cuando lo firmaron los Mets de New York en 2008. Incluso por nuestra amistad, su hermano José me dijo que pensaba que lo iba a seleccionar para los Gigantes del Cibao en el sorteo de 2012. Realmente, pensaba hacerlo, pero los ejecutivos del Licey se me adelantaron al escogerlo en la quinta ronda.

Siendo un hombre, por casualidad, lo veía que iba enamorado de una jovencita, que vivía cerca de mi casa, que luego se convirtió en su esposa. Algunas veces lo veía irse triste, porque al parecer los padres de la joven, en principio, no les consentían los amores, pero sé que deben estar muy alegres por la decisión de su hija, porque Gilbert es un persona de gran formación.

Por esa razón, cuando los ejecutivos de los Tigres del Licey tomaron la decisión de nombrarlo mánager me sentí muy alegre.

Muchos vieron que la oportunidad le llegó a destiempo, principalmente por su juventud; sin embargo, demostró con los resultados que el tiempo de Dios es perfecto.

Gilbert se comportó a la altura de las exigencias en una etapa como la postemporada de la Liga Dominicana de Béisbol, donde he visto a muchos dirigentes con experiencia derretirse como mantequilla en pan caliente.

De igual modo, en la Serie del Caribe demostró gran compostura, cuando reconoció que no poner abrir a César Valdez para el juego contra Curazao le podría traer muchas críticas, si el resultado hubiese sido adverso.

Aunque sabemos lo difícil que es triunfar como dirigente en la Liga Dominicana, el talento de Gilbert es real y lo debemos de preservar.