CIUDAD DE GAZA.-Los palestinos estaban de luto el jueves al concluir el ramadán, el mes sagrado del islam, mientras Hamas e Israel intercambiaban más cohetes y ataques aéreos y la violencia entre árabes y judíos persistía por todo el territorio israelí tras semanas de protestas y disturbios en Jerusalén.
El nuevo estallido de violencia ha calado más en territorio israelí que ningún otro desde la intifada, o levantamiento, de 2000.
Turbas árabes e israelíes andan por las calles, golpeando salvajemente a la gente e incendiando autos.
Los vuelos al principal aeropuerto del país se han cancelado o desviado.
Los enfrentamientos entre Israel y el grupo miliciano que gobierna Gaza hacen eco —y tal vez excedan— la devastadora guerra que libraron en 2014.
Ese conflicto y dos previos quedaron mayormente confinados al empobrecido y bloqueado territorio palestino y a las comunidades israelíes fronterizas, pero esta nueva ronda de combates, que como la intifada comenzó en Jerusalén, parece estar extendiéndose y sacudiendo todo el país.
Mientras tanto, en la Franja de Gaza, los residentes se preparaban para una mayor devastación a medida que los milicianos disparaban una ráfaga de cohetes tras otra e Israel lleva a cabo oleadas de ataques aéreos.
Desde que comenzaron los ataques con cohetes el lunes, Israel ha derribado tres edificios que, dijo, albergaban instalaciones de Hamas después de advertir a los civiles que los evacuaran.
En la primera señal de un posible cese del fuego, una delegación egipcia llegó el jueves a Tel Aviv para conversar con funcionarios israelíes después de reunirse con funcionarios de Hamas en Gaza, dijeron dos funcionarios de inteligencia egipcios que informaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar con la prensa.
El Ministerio de Salud de Gaza informó el jueves que desde el lunes han muerto 83 palestinos, incluidos 17 niños y siete mujeres, además de 480 heridos.
La organización Yihad Islámica confirmó la muerte de siete milicianos, mientras que Hamas reconoció que varios de sus miembros murieron, incluido un comandante. Israel dice que el número de milicianos abatidos fatalmente es mucho mayor de lo que reconoce Hamas.
Siete personas han muerto en Israel, entre ellos un soldado y un niño de 6 años. Los combates se producen mientras los musulmanes celebran el Eid al-Fitr, el final del mes sagrado del ramadán, que suele ser un momento de fiesta para las familias.
En cambio, Hamas instó a los fieles a celebrar las oraciones comunales dentro de sus hogares o en las mezquitas más cercanas en lugar de al aire libre, como es tradicional. Hassan Abu Shaaban trataba de levantar el ánimo repartiendo dulces a los transeúntes luego del rezo, pero reconoció que “no hay ambiente de Eid en absoluto”.
“Todo son ataques aéreos, destrucción y devastación”, agregó. “Que Dios ayude a todos”. Los ataques paralizaron la vida en las comunidades sureñas próximas al territorio palestino, pero alcanzaron también a la zona de Tel Aviv, a unos 70 kilómetros (45 millas) al norte, por segundo día consecutivo.
Israel ha comenzado a desviar algunos vuelos que debían aterrizar en el aeropuerto internacional Ben Gurion, próximo a Tel Aviv, al de Ramon, en el extremo sur del país, afirmó el Ministerio de Transporte.
En los últimos días se han cancelado también varios vuelos. Según el ejército israelí, desde lunes se han disparado más de 1.600 cohetes, de los cuales 400 no llegaron a salir de Gaza.
Las defensas antiaéreas de Israel interceptaron el 90% de los proyectiles. Los ataques de su aviación alcanzaron unos 600 objetivos en la Franja, agregó.
El ejército israelí compartió imágenes que muestran el impacto de un proyectil entre torres de apartamentos en Petah Tikva, un suburbio de Tel Aviv, en la madrugada del jueves, que al parecer causó un incendio fuerte. El incidente dejó varios heridos y daños importantes, añadió.
“Estamos sobrellevándolo, sentados en casa, esperando que todo esté bien”, afirmó Motti Haim, residente en Beer Yaakov, en el centro del país y padre de dos hijos. “No se trata simplemente de correr al refugio. No es fácil con los niños”.
Aunque funcionarios de Naciones Unidas y de Egipto dijeron que se están realizando esfuerzos para pactar un alto del fuego, no hay indicios de avances. El canal 12 de la televisión israelí reportó el miércoles en la noche que el Consejo de Seguridad del primer ministro, Benjamin Netanyahu, autorizó una ampliación de la ofensiva.
Poco después de ese informe comenzaron a sonar las sirenas antiaéreas en Tel Aviv y en el sur y centro de Israel, como aviso de que se aproximaban más cohetes desde Gaza.
La actual erupción de violencia comenzó hace un mes en Jerusalén, donde las tácticas duras de la policía israelí durante el ramadán y la amenaza de desalojo de decenas de familias palestinas por parte de colonos judíos provocaron protestas y enfrentamientos con las autoridades.
Un punto importante de los enfrentamientos entre palestinos y la policía israelí fue la mezquita Al-Aqsa en Jerusalén, un sitio venerado tanto por judíos como por musulmanes. Jerusalén está en el centro del conflicto entre los enemigos: Israel considera a toda la ciudad como su capital, mientras que los palestinos quieren que el oriente de Jerusalén sea la capital de un estado futuro.
* Krauss informó desde Jerusalén. Los periodistas de The Associated Press Samy Magdy en El Cairo, Isabel DeBre en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, y Karin Laub en Cisjordania, contribuyeron a este despacho.