Si los políticos oficialistas entendieran que esta sociedad está integrada por gente despierta y que una buena parte de ella corresponde a sectores pensantes, se manejarían de modo más transparente y, de seguro, le “economizarían” muchos problemas y disgustos a su gobierno. Veamos algunos detalles referentes a la ausencia de simetría entre el precio RD$ del galón de la llamada gasolina “premiun” y el costo en RD$ del barril de petróleo.
En la primera semana de noviembre/2013, el barril de petróleo se compró a US$94.80 = RD$4,033.74 a un cambio de 42.55 X 1. El precio fijado al galón de gasolina “premiun” fue de RD$250.00 equivalente al 6.197772% del ya indicado costo RD$ del barril de petróleo.
Un año después, el 22 de noviembre/2014, el barril se compró a US$75.50 = RD$3,329.55 a un cambio de 44.10 X 1. El precio del galón “premiun” fue fijado en RD$229.00 equivalente al 6.878% del costo RD$ del barril. Si la equivalencia porcentual hubiese sido la misma de nov/2013, el precio del galón hubiera resultado de solo RD$206.36, vale decir RD$22.64 menos que el precio realmente fijado.
Luego, el 24 de enero/2015, el barril de petróleo se compró a US$45.58 = RD$2,041.98 a un cambio de 44.80 X 1. El precio del galón de gasolina “premiun” se fijó en RD$192.80 equivalente al 9.4418% del costo RD$ del barril. Si la relación Precio Galón/Costo Barril hubiese permanecido en el nivel de nov/2013, el precio resultante de este lote hubiera sido de solo RD$126.56 por galón, o sea, RD$66.24 menos que el precio fijado.
Recientemente, el 22 de agosto/2015, el barril se compró a US$40.45 = RD$1,827.13 con un cambio de 45.17 X 1, pero el precio del galón de gasolina se fijó en RD$213.50 equivalente al 11.685% del costo RD$ del barril. Es evidente que ese porcentaje no guarda ninguna proporción con el resultante en nov/2013 ni con ninguno de los otros indicados. Pero produce un excedente de precio de RD$100.26 por galón que sale graciosamente del bolsillo del consumidor y que funciona como castigo inexplicable.
Luce necesario que las autoridades expliquen con claridad la metodología de que se valen para fijar los precios de los combustibles. De ese modo podría reducirse el enojo que embarga a la inmensa mayoría de la gente pues, aunque saben que “pudo haber sido peor”, no entienden por qué tienen que aceptar misteriosas injerencias en el manejo de su dinero.