Algunos comerciantes están adoptando una actitud expectante ante las ventas que puedan lograr.
Nueva York.-En medio de titulares que advierten sobre un caos legislativo en Estados Unidos, un Brexit “duro” y el ascenso de la derecha nacionalista en las elecciones francesas, cientos de comerciantes se aprestan a acudir a Nueva York para la semana de Frieze en un intento por vender obras de arte que a menudo cuestan más de lo que el trabajador estadounidense promedio gana en toda su vida.
Algunas galerías en la feria de arte Frieze de Nueva York (del 5 al 7 de mayo) intentarán un delicado acto de equilibrio entre la política y el comercio, abordando de manera frontal asun tos socio políticos.
“Hay una tendencia interesante de galerías que montan cabinas totalmente femeninas”, dijo Victoria Siddall, directora de la feria.
“La galería Cheim & Read de Nueva York está haciendo una presentación en torno del color rosa que rinde tributo a la marcha de mujeres”.
Otras galerías de Frieze exhiben arte de protesta: la galería P.P.O.W., de Nueva York, trae el trabajo de Martin Wong, David Wojnarowicz y Anton van Dalen, cuyo enorme criadero de palomas con forma de auto busca aludir a automóviles completamente averiados y abandonados.
Maureen Paley Gallery, con sede en Londres, trae obras de Wolfgang Tillmans, un artista que hizo campaña contra el Brexit.
“Es una plataforma —y un mercado— extremadamente importante para que las galerías muestren el trabajo”, dijo Siddall.
Ambigüedad del mercado
“Las ferias han sido siempre un elemento importante de hacia dónde va el mundo del arte”, dijo Mathias Rastorfer, copropietario de la galería Gmurzynska, de Zúrich, que exhibirá la próxima semana en TEFAF (del 4 al 8 de mayo en Park Avenue Armory), otra feria cuyas galerías tradicionalmente presentan antigüedades, diseño y obras maestras del siglo XX.
Este año, Rastorfer dijo que su galería exhibirá arte de grado de inversión al tiempo que atiende un mercado que se ha moderado notablemente desde sus máximos de 2014.
“¿Cómo lidiar con una situación en la cual, por una parte, hay inseguridad política extrema, pero por la otra, un Wall Street en auge y mucha liquidez disponible?”, preguntó Rastorfer.
El stand de Rastorfer, que fue concebido por el diseñador francés Alexandre de Betak, contará con trabajos de artistas como Fernand Léger, Kurt Schwitters y Robert Indiana, que van desde US$300,000 hasta US$5 millones.
Los mercaderes de arte observaron que algunos coleccionistas han moderado (aunque no parado) sus hábitos de compra.
“El hecho de que (el mercado del arte) se esté desacelerando un poco lo vuelve más serio”, dijo Boris Vervoordt, director de la galería belga Axel Vervoordt, que tendrá cabinas en ambas ferias.
“Esto permite que la gente piense más”, dijo. “Y tome mejores decisiones”.
Vervoordt presentará una exposición individual en Frieze del artista vanguardista japonés Masatoshi Masanobu, fundador del movimiento llamado Gutai; los precios de los trabajos de Masanobu en el estante comenzarán en US$40,000, una suma pequeña, dado que las obras de arte de pares de Masanobu como Kazuo Shiraga regularmente se venden por millones.
Adam Sheffer, socio de Cheim& Read escribió porcorreo electrónico que “parece que a pesar de algunas complejidades políticas, el mercado se está asentando en una posición responsable y cómoda.
