Santo Domingo.-Al llegar al hospital Marcelino Vélez Santana y observar varios furgones en su entorno lo primero en que se piensa es en algún tipo de construcción.
Sin embargo, estos espacios son adaptados y utilizados por la gerencia del centro de salud para ofrecer servicios sanitarios especializados.
El hospital tiene en todo su alrededor diez furgones. Allí brindan asistencia en las áreas de resonancia magnética, odontología, cólera, pies diabético, tuberculosis, manejo de pacientes febriles y una oficina comunitaria.
En principio esta estructura fue concebida como un hospital municipal para el sector de Herrera.
La realidad es otra hoy, ya que se convirtió en uno regional, por el crecimiento poblacional y por la gran demanda de servicios sanitarios de las distintas comunidades que se han ido sumando.
El director del hospital , general de brigada médico Luis Danilo Pichardo, narró que las furgonetas descongestionan las labores cotidianas del hospital.
“El sector de Herrera ha ido creciendo, la población también, por las urbanizaciones que están construyendo, y el hospital sigue siendo el mismo, ya no da abasto.
Esperamos que cuando se termine el anexo, en diciembre de 2015, estén entregando esa obra, con lo que aportarán más de cien camas al hospital”, dijo Pichardo.
Añadió que ante la falta de espacio este tipo de carruaje es usado como una forma de diversificar los servicios sin afectar el desenvolvimiento del hospital.
El Marcelino Vélez está ubicado en el mismo corazón de Herrera, en la avenida Isabel Aguiar número 141, Santo Domingo Oeste.
¿Cómo son?
En sentido general, estos espacios por dentro parecen pequeños hospitales, tienen lo esencial, una camilla donde acostar al paciente, una silla para toma de muestra, lavamanos y una nevera. También un mini laboratorio, en algunos casos, para realizar análisis básicos.
Además de estar identificados por fuera, todos tienen aire acondicionado, un escritorio con una computadora, dos médicos y un pequeño baño. Dependiendo del tamaño del furgón, su equipamiento puede variar desde RD$60 mil hasta más de cien mil pesos.
Pichardo puso como ejemplo que reciben entre 300 a 500 emergencias diariamente. “Ahora los pacientes febriles, que son los que vienen directamente a esta unidad, son entre 75 y 150 personas”.
Los furgones se compraron con recursos del hospital y se prepararon. “Lo único que el hospital recibe es la nómina, que la paga el Ministerio de Salud Pública, que ronda los 41 millones, y de lo que el hospital produce estamos aportando dos millones, porque nos faltaba un personal, lo nombramos y lo estamos pagando.
Esperamos que el Ministerio pueda asumir ese personal que estamos pagando nosotros”, expresó.
En el caso del área de resonancia magnética contó que una compañía aporta el resonador (aparato) y también se encarga del manejo y mantenimiento del equipo.
“Una resonancia magnética a nivel privado está costando entre 7 y 9 mil pesos, al paciente subsidiado le cuesta unos RD$3,000, eso es parte de la gestión de nosotros, y en el Contributivo lo que el seguro paga”, argumentó.
El rincón comunitario
Ver una oficina dentro de estos espacios es toda una novedad. “Este espacio lo preparó el hospital. El comunitario a cargo es el enlace entre el hospital y los sectores. Aquí los comunitarios traen las peticiones y se canalizan según las necesidades del sector”, dijo.
Precisó que las solicitudes más frecuentes consisten en operativos médicos y personas pobres que necesitan algún medicamento.
Los usuarios
Durante el recorrido por los distintos furgones, los pacientes, sin percatarse de la presencia del reportero de este diario, se acercaban al galeno y le manifestaban su agradecimiento ante el buen servicio que ofrece el centro asistencial.
Estas expresiones se repitieron en más de una ocasión, a tal punto que un paciente se le acercó y le dijo: “Hacía mucho tiempo que dentro del hospital no colocaban agua para tomar”, dijo. El hospital produce su propia agua .