SANTO DOMINGO.-Enclavado en el populoso barrio capitalino de Villa Juana, el Club Deportivo y Cultural Mauricio Báez que el pasado día 11 arribó a sus 57 años se ha convertido en un símbolo para esa comunidad, contribuyendo a la integración de sus habitantes.
El referido espacio que surgió con la idea de rescatar los niños y a jóvenes del barrio a través de actividades deportivas como baloncesto, karate, ajedrez y atletismo, ha ido ganando cada día mas adeptos y logrando importantes conquistas a favor de la población infantil, jóvenes y adultos.
Lo que arrancó como una canchita al aire libre pasó a un polideportivo al tiempo sumar una pequeña escuela y liceo, un centro médico, hasta convertirse en un centro cultural.
Sin embargo, los programas que la entidad llevaba a cabo por años, a partir del pasado marzo cambiaron su curso debido a la incidencia de la pandemia del Covid-19 y el alto número de contagios, obligando a sus dirigentes cambiar las políticas de ayudas sociales.
Fue en ese momento que iniciaron con operativos de pruebas PCR y entrega de mascarillas, que extenderían más adelante a sectores como Villas Agrícolas, Cristo Rey y La Zurza.
Visión
“Queríamos un proyecto que corriera un poco más rápido que el índice del contagio de la enfermedad, con 30 voluntarios de la fundación Hardcare y 30 de nosotros comenzamos un proyecto de entrega de mascarillas y concientización de las personas.
En el trascurso de una semana queríamos a llegar a unas 37,000 personas que estaban en el barrio de Villa Juana, y comenzamos en el sector como proyecto modelo”, explicó César Heredia, director ejecutivo y presidente de Mauricio Báez.
Los operativos empezaron a realizarse a partir del 20 de abril del año en curso, con 60 – 65 pruebas diarias de lunes a viernes, de las que han resultado positivas 1,300 personas y 25 defunciones.
Decenas de ciudadanos acuden al centro a recibir las atenciones de lugar y a buscar resultados pendientes que tardan en promedio unas 48 horas.
Hasta el momento han aplicado más de 6,000 pruebas PCR, con el respaldo del laboratorio Referencia, y entregado unas 120,000 mascarillas reusables de forma gratuita.
Sonia Margarita Rivera, residente en Sabana Perdida, manifestó a EL DÍA que cuando fue hacerse las pruebas del virus se sintió complacida con la atención recibida por el personal de la fundación.
Manifestó que a pesar de vivir lejos contactó el lugar a través de una amiga que trabaja en el Metro, donde su hijo también fue portadora de la enfermedad.
Ayuda
La entidad también trabaja supliendo el alimento de los más necesitados, ya que si identifica a alguna familia con muy poco recurso económico, organizan un plan de ayuda para suplirles el sustento.
Cuentan con una asignación económica del gobierno y otra parte de entidades privadas que hacen donaciones, pero los miembros del consejo no cobran.
Sonia M. Rivera
— Satisfacción
“Me trataron muy bien, son muy organizados y con mucha disciplina. Quedé muy bien agradecida de ellos porque me dieron un trato especial, no solo a mí si no a todas las personas que estaban allí” (recuperada del Covid).