Frederich E. Bergés
El nuevo gobierno que preside Luis Abinader ya cumple sus primeros cien días en medio de la debacle sanitaria global que representa la propagación del virus Covid 19.
Si bien brotan noticias alentadoras respecto a posibles vacunas exitosas, cierto es que aún estamos lejos de una solución a esta pandemia que tantos estragos humanos y económicos ha causado.
Frente a la realidad de una caída estrepitosa del crecimiento económico y una posición fiscal muy deteriorada, parecería que las tres primeras prioridades del nuevo gobernante han sido controlar la situación sanitaria, reactivar la economía en su sentido más amplio e iniciar el año escolar de manera inclusiva y valido para todos.
La contención del virus luce que ha sido apropiado ya que las cifras mas recientes muestran que no hemos sido objeto de una segunda oleada y aun cuando se siguen registrando contagios y muertes, en la relatividad de otras naciones, la prevención y medicina criolla parecen efectivas. Debido a ello y su incidencia en todos los aspectos de la vida nacional, no se esperan grandes cambios en este frente en lo que aparece disponible la vacuna efectiva.
La reactivación económica luce como objetivo constante, desde la formulación del presupuesto venidero, optimista en su predicción de ingresos y parco en la reducción de gastos, hasta en la cantidad y monto de obras prometidas a lo largo de toda la geografía.
Sigue ausente la recuperación del turismo, pero ello no por falta de esfuerzos, sino que el mismo depende de factores exógenos como el caso de los vuelos y la disposición de extranjeros de alejarse de sus lares nativos.
Finalmente, la educación arrancó el año escolar, con enormes tropiezos tecnológicos y pedagógicos, a pesar de los aparentes esfuerzos de las autoridades del tema.
Cierto es que se observan iniciativas en todos los frentes y veamos ahora en los segundo cien días si la labor gubernamental desplegada a la fecha rendirá sus frutos o si sobre la marcha habrá que reajustar aún más la carga.
