El político haitiano Claude Joseph tuiteó ayer que el presidente Abinader es insincero al procurar un liderazgo internacional ocupándose de la crisis de Haití sin consultar a sus dirigentes.
¿A cuáles? ¿Al propio Joseph, sospechoso de participar en el magnicidio de Jovenel Moïse?
¿Al jefe de gangas Barbecue, que posee mayor control del territorio que el difuso gobierno? ¿Al liderazgo empresarial cuyas familias y ahorros están en Miami y Montreal, mientras Haití se despedaza? ¿A los jefes de los carteles de narcos que la DEA cree detrás del asesinato de Moïse? Joseph es un fresco irrespetuoso y corrupto que procura votos alentando su atávico anti dominicanismo.
Abinader no necesita nada haitiano para procurar nada, porque a diferencia de los ineficaces políticos y empresarios haitianos, fue elegido en la decimoséptima elección desde 1963, cuando el PIB de Haití era similar al dominicano.
Cada presidente dominicano defiende el interés nuestro, que incluye que el fracasado vecino alcance paz, estabilidad y progreso. Perdonen la procacidad, pero ¡no joda Joseph!