Santo Domingo.-El primer día que fui a la escuela, con cuatro años, fue uno de los más especiales de mi vida; no se me olvida. Tuve una niñez y juventud muy corrientes, leía mucho, pero nunca pensé ser historiador.
Así comenzó la conversación con el historiador más contemporáneo de República Dominicana, Rafael Francisco (Frank) Moya Pons, invitado especial de los Coloquios de EL DÍA.
Moya Pons confiesa entre risas que en el bachillerato sacó 49 puntos en Historia y tuvo que examinarse en generales, aprendiéndose por completo el libro de texto de Historia en la República Dominicana de Bernardo Pichardo, pero prontamente lo olvidó.
“Yo me alfabeticé en una escuelita de patio y a los cuatro años pedí que me mandaran a la escuela.
Leía mucho en casa y cuando mi papá se dio cuenta de que podía hacerlo me ponía a leer el periódico, luego a los 11 años descubrí las novelas y me hice asiduo lector”, revela el autor de diversos libros de Historia dominicana, nacido en La Vega en el año 1944.
Cuenta que su “primer gran choque con la historia” lo tuvo cuando cursaba el tercero de bachillerato al surgirle la inquietud sobre qué era lo que quería, porque tenía mucha curiosidad por todo.
“Alguien viendo mi inquietud, que yo no sabía eran filosóficas, me dijo que eso era Psicología (confundiéndolo con Psiquiatría) y que debía inscribirme en Medicina y así lo hice.
Llego a la capital justo en el momento en que han matado a Trujillo (Rafael Leónidas, presidente dominicano) y la Universidad fue cerrada”, dice Moya.
Recuerda que había 400 estatuas y retratos de Trujillo en la Universidad de Santo Domingo, y un día mientras recibía docencia, grupos de estudiantes realizaron un levantamiento y empezaron a romperlos, por lo que cerraron el centro educativo y lo reabrieron en enero.
Volvió a su tierra natal y se dedicó a leer, y en el trayecto se dio cuenta que la Medicina no era lo que quería estudiar, y al retornar a Santo Domingo se cambió para Filosofía.
De Filosofía a Historia
Cursó Filosofía durante cuatro años y al término de la carrera se dio cuenta de la importancia de la Historia para entender el ser humano y el papel del hombre en la sociedad y el universo.
“Cuando yo llegué a mi casa cargado de los libros de Medicina que eran más de media yarda de altura, mi papá y mi mamá me dijeron: qué haces aquí, y yo les respondí que no iba a estudiar más Medicina”.
Cuenta que su padre no le cuestionó nada en el momento, pero más tarde le preguntó qué estudiaría, y al enterarse de su decisión solo atinó a decirle: “¿pero esa es una carrera de la cual hay trabajo?”.
Moya le respondió que sí, que sería maestro, porque “eso era lo que yo creí que sería toda mi vida”.
Frank Moya Pons, obtuvo después una beca, y en 1968 se fue a hacer una maestría en Filosofía a Estados Unidos, pero el corazón le decía que no era eso lo que quería y se inscribió en Historia de América Latina y Moderna de Europa.
Explica que descubrió que el hombre es el resultado de la Historia y para poder entender de dónde viene solo podía hacerlo estudiando su pasado, logrando crear un modelo del universo, que a él le funciona.
