El presidente francés François Hollande presidió ayer su último consejo de ministros antes de pasar el testigo al centrista Emmanuel Macron, cuya elección ha dejado al Partido Socialista al borde de la ruptura.
El contundente triunfo de este joven novato de 39 años, que asumirá el poder el domingo, ha provocado una onda de choque al interior de los partidos tradicionales de izquierda y derecha que amenaza con redibujar el mapa político francés.
Hollande saldrá del Elíseo el domingo como uno de los jefes de Estado más impopulares de Francia.