No hay dudas de que el ministro de Deportes, Francisco Camacho, considera que el sector que dirige puede ser tratado como de “borregos”. Asegura que los que hacemos vida en este sector somos excesivamentes ‘torpes o ignorantes’. Luego de casi cuatro años en el ministerio haciendo muy poco , ahora aprovecha la campaña política para desbordarse con la reparación de las pistas de atletismo en todo el país, incluyendo las dos- la de calentamiento y la central- del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
También construcciones y reparaciones de multiusos en todo el país.
Todavía no le encuentro explicación al por qué Camacho dejó que el Centro Olímpico, en sus propias narices, se convierta en una pocilga, donde la arrabalización y el desorden alcanzaron niveles históricos en el principal pulmón deportivo nacional. Y si volteamos la atención hacia el Parque del Este, la situación es peor.
Lo mejor de todo es que, según reportes que me llegan, Camacho se activó porque sueña que si el presidente de la República, Luis Abinader, gana la reelección, lo mantendrá como ministro de Deportes, con el compromiso de que se encargue del montaje de los XXV Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe Santo Domingo 2026. ¡Qué cachaza!
Quizás esa sea la razón por la que acaba de anunciar que entregará RD$100 mil a los atletas que representen al país en los Juegos Olímpicos de París 2024. Esa bondad incluye a los atletas paralímpicos.
Esa no es una mala decisión, porque favorece a los atletas. Sin embargo, la interrogante surge: ¿Y por qué ahora? Porque en campaña todo se vale. Recuerdo que en julio de 2021 cuando asistí al Palacio Nacional a la despedida de los atletas que nos iban a representar en los Juegos Olímpicos, de Tokio, Japón, el “murmullo” que se escuchaba entre ellos era si no les iban a ofrecer nada por ganar medallas. Luego de la despedida, una semana después, se anunciaron los incentivos para los atletas que ganaran medallas.
Aunque cuando se está en campaña todo es valido, también hay que guardar las apariencias para no verse “ridículo”.