Nadie se lo esperaba. Fue dramático e impactante. La coalición de izquierda Nuevo Frente Popular obtuvo una sorprendente victoria en la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias en Francia.
El tan vaticinado triunfo del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) liderado por Marine Le Pen no sólo no se dio, sino que quedó relegada a un tercer lugar.
La coalición centrista del presidente Emmanuel Macron también tuvo una recuperación con la que logró obtener la segunda cantidad de escaños.
Pero ninguna de estas agrupaciones políticas alcanzó la mayoría absoluta de 289 escaños de los 577 en el Parlamento.
No obstante, el veterano instigador de izquierda Jean-Luc Mélechon no perdió un segundo en proclamar la victoria el Nuevo Frente Popular.
“El presidente debe convocar al Nuevo Frente Popular a gobernar”, declaró Mélechon ante sus simpatizantes en la plaza Stalingrado, insistiendo en que Macron debía reconocer que él y su colación habían sido derrotados.
Esta fue la segunda vuelta de unas elecciones parlamentarias anticipadas que Macron convocó repentinamente hace un mes, tras la victoria de RN en las elecciones europeas del 9 de junio.
Después de que la extrema derecha obtuviera buenos resultados en la primera vuelta del pasado 30 de junio, los candidatos de izquierda o de centro de muchos lugares se retiraron de la contienda, una estrategia para permitir que los votos anti-RN se concentraran en un solo candidato que les dio éxito.
Según los resultados finales, el Nuevo Frente Popular obtuvo 182 escaños, la coalición de Macron 168, la Agrupación Nacional 143 y otros conservadores 60.
¿Pero quiénes forman el Nuevo Frente Popular?
El Nuevo Frente Popular
El Nuevo Frente Popular es una alianza de socialistas, ecologistas, comunistas y La Francia Insumisa que se formó después de que el presidente Macron convocara elecciones parlamentarias anticipadas el 9 de junio.
Estos partidos se han criticado previamente entre sí y tienen algunas diferencias clave en su ideología y enfoque, pero decidieron formar un bloque para mantener a la extrema derecha fuera del gobierno.
Para entender la dimensión de esta alianza para frenar al RN basta con decir que el expresidente socialista francés Francoise Hollande se presentó como candidato para uno de los escaños en el parlamento, el cual ganó.
El NFP ha prometido derogar las reformas de pensiones e inmigración aprobadas por el gobierno actual, crear una agencia de rescate para inmigrantes indocumentados y facilitar las solicitudes de visa.
También quiere poner límites al precio de productos básicos para combatir la crisis del costo de vida y aumentar el salario mínimo, e impulsar la energía verde.
Pero, al no haber una mayoría absoluta en el Parlamento, todavía no está claro quién gobernará.
Mucho dependerá del equilibrio de poder dentro del NFP. Sus grupos constituyentes van desde socialdemócratas hasta anticapitalistas incondicionales.
Algunos socialistas moderados podrían verse tentados a separarse y unirse al grupo de Macron para formar un gobierno de centro izquierda.
Si no se puede improvisar una mayoría funcional, entonces el presidente Macron puede pedirle al partido más grande que encabece un gobierno minoritario.
Alternativamente, podría nombrar un gobierno tecnocrático, pero es poco probable que dure mucho tiempo.
Podría producirse mayor inestabilidad, especialmente porque el presidente no puede convocar nuevas elecciones parlamentarias sino hasta dentro de un año.
Reacciones
Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa, el de mayor peso en la coalición de izquierda ganadora, reaccionó instando al presidente Macron a «admitir su derrota».
«La extrema derecha está lejos de una mayoría esta noche… El resultado de la elección es fruto de un extraordinario esfuerzo movilizador», manifestó Mélenchon.
Macron, por su parte, no se pronunció, aunque el actual primer ministro, Gabriel Attal, sí intervino ante los medios y anunció que, dado que la coalición de gobierno no logró una mayoría, presentará su renuncia este mismo lunes.
Macron ha dicho en repetidas ocasiones que no aceptará que Melenchon sea primer ministro.
«Una alianza deshonesta»
Marine Le Pen intentó poner una buena cara ante los malos resultados para su partido.
«Nuestra victoria solo se ha visto postergada», dijo la líder de la extrema derecha francesa, asegurando que ve las «semillas de la victoria de mañana en el resultado de hoy».
Le Pen, que se ha presentado a la presidencia tres veces sin ganarla, también consideró que la situación del presidente Macron es insostenible.
Por su parte, su delfín político, el joven Jordan Bardella, que esperaba convertirse en el nuevo primer ministro de Francia, criticó «la alianza deshonesta» de la izquierda que «privó a los franceses» de una victoria de RN.
«Esta noche, estas alianzas lanzaron a Francia a los brazos de la extrema izquierda de Jean-Luc Melénchon», consideró.
Los franceses le dicen no a la extrema derecha… otra vez
Análisis de Hugh Schofield desde París
Los franceses han vuelto a dejarlo claro: no quieren a la extrema derecha en el poder.
Le dieron una gran victoria en las elecciones europeas; le dieron otro gran triunfo en la primera vuelta de estas elecciones parlamentarias.
Pero cuando llegó el voto que realmente contaba -tal y como ocurrió en las presidenciales-, dieron marcha atrás.
Este sorprendente vuelco que ha llevado a Agrupación Nacional (RN) al tercer puesto -con 143 asientos comparados con las predicciones de hace una semana de casi 300- se debe completamente al gran número de votantes que han salido para pararles.
RN argumentará -con algo de razón- que esto solo fue posible porque los otros partidos se unieron para engañar al sistema.
Destacan que partidos muy dispares de la izquierda de repente se olvidaron de sus diferencias para formar una coalición anti-RN; y que los seguidores de Macron y la izquierda también olvidaron las suyas.
También señalan que nada une a estos políticos como su oposición al RN. Y que esa falta de acuerdo es un mal augurio para el futuro.
Pero los hechos son los hechos. La mayoría de personas no quieren a la extrema derecha; ya sea porque se oponen a sus ideas o porque temen la inestabilidad que traería si llega al poder.