El pasado miércoles 26 de los corrientes asistimos a un extraordinario evento sobre reforma político-electoral que reunió a un puñado de expertos y miembros distinguidos de organizaciones políticas y la sociedad civil en general.
El Foro Nacional de Expertos para Conocer sobre el Sistema Político Electoral de la Región de América Latina y el Caribe, cuyo proceso tuvo por finalidad dar un “impulso a las reformas de las normativas en la República Dominicana y el Caribe”.
Asistieron, pues, las más apuntaladas figuras y/o representantes de las organizaciones electorales, de la sociedad civil, de los partidos políticos; el foro “reflexivo” fue realizado a iniciativa de Participación Ciudadana, el Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF), y contó con el auspicio de la Unión Europea, quienes presentaron el estudio “Diagnóstico del sistema electoral y de partidos políticos de la República Dominicana: propuesta para la reforma de las leyes No. 18-33 y No. 20-23, Orgánica del Régimen Electoral”.
Fue un encuentro que buscó fomentar el debate activo de las autoridades electorales, de los partidos políticos, con un objetivo muy marcado: fortalecer las leyes electorales, que es, en definitiva, fortalecer la democracia. Debates serios, plurales y productivos sobre la situación actual de los sistemas político-electorales, para conocer su problemática, basado en los grandes desafíos y estructuras que impactan en la calidad democrática.
Recojo varios momentos estelares de la actividad. 1) las palabras del nuevo embajador de la Unión Europea, Raúl Fuentes Milani, jefe de la Delegación Permanente de la Unión Europea en República Dominicana, quien enfatizó que “las mejores democracias son las que aprenden, se adaptan y responden a las aspiraciones de las generaciones”; 2) la conferencia magistral, dictada por el presidente de la Junta Central Electoral, Román Jáquez Liranzo, intitulada “Los sistemas electorales en América Latina: desafíos y oportunidades para las democracias”.
Refiriéndose al modelo latinoamericano de administración y justicia electorales, trató 8, en particular: estrategias de presión y descrédito institucionales, agentes de desinformación e IA, riesgos presupuestarios y operativos, amenaza a la integridad física y moral de los funcionarios electorales, ataque al diseño electoral de Latinoamérica, violencia política contra las mujeres y la lucha por la paridad, financiamiento político ilícito y riesgo para la democracia y el abstencionismo.
A estos males alarmantes, no obstante, propuso oportunidades y resiliencias para mejorar el sistema electoral: confianza, profesionalización técnica y académica, transparencia activa y comunicación institucional estratégica, cooperación regional y acompañamiento internacional y, sociedad civil como alianza estratégica para la resiliencia.
La tercera voz que fertilizó el coloquio colaborativo y de construcción de la democracia fueron las palabras de Francisco –Pancho– Álvarez, ex coordinador general de Participación Ciudadana, quien disertó acerca del rol de la sociedad civil en las reformas electorales.
En la Constitución vigente, este tema está legitimado en los artículos 4, 7 y 55.13. En relación al último, se garantiza y promueve la participación de los derechos la sociedad civil, especialmente la participación de los jóvenes; el artículo 203, autoriza mediante mecanismos directos de participación, la realización de referéndum, plebiscito; el 216.1, garantiza a la ciudadanía su participación en los procesos políticos y municipales que contribuyan al fortalecimiento de la democracia; el 272, sobre el Referendo aprobatorio, y formas de participación ciudadana, entre otros.
La democracia no sólo es representativa, sino participativa. Esa es su esencia. Al citar a Rodrigo Borja, el panelista lo ha expresado mejor: “La sustancia de la democracia es la participación…; una democracia es participativa o no es democracia”.