Nuestro país ha venido creciendo y desarrollándose por encima de muchas naciones latinoamericanas. Hemos mantenido un crecimiento constante que nos ha facilitado algunos avances en la disminución de la pobreza y la satisfacción de algunas necesidades de la sociedad, que nos han colocado en una buena posición para la inversión extranjera, sobre todo en turismo y zona franca.
Ahora bien, nuestros líderes han pasado por alto la importancia de la formación de los ciudadanos. Y a pesar de que el presidente Danilo Medina hizo un gran esfuerzo en eliminar el analfabetismo y aplico el 4 % del PIB para la educación, las debilidades del liderazgo y personal docente y del currículo, los avance en ese sentido y la falta de continuidad, no fueron suficiente para avanzar y tener aun, un ciudadano de calidad.
Nuestros próximos presidentes, deben tener como objetivo esencial, la formación ciudadana, si queremos lograr un desarrollo integral de la nación, con disciplina y respeto de las leyes y las reglas, con responsabilidad y cultura de valores cívicos, que nos vayan permitiendo la eliminación de la corrupción y violaciones constantes de las normas y malas conductas que se imponen en nuestro comportamiento social.
La falta de una buena formación ciudadana y de una cultura cívica de los dominicanos, se está convirtiendo en un obstáculo para el desarrollo sostenible del país. La falta de respeto a las normas de tráfico, el incumplimiento de las leyes, la corrupción, el poco sentido de responsabilidad social y la falta de valores cívicos, etc., están convirtiendo al país en una selva sin respeto a los derechos individuales por el interés particular del que lo ejerce, afectando la paz colectiva.
Nuestros líderes deben repensar una reingeniería en la educación y formación ciudadana para fomentar la cultura de responsabilidad, respeto y compromiso con el bienestar común.
Esto incluye necesariamente mejorar la calidad de la enseñanza, fomentar la participación ciudadana y la transparencia en el Gobierno, promoviendo la ética y los valores cívicos. No es mucho pedir, si es compromiso de todos, que los líderes deben procurar.
No podemos seguir por el camino que estamos transitando, donde no estamos asumiendo nuestro comportamiento con decencia y consideración a los derechos y deberes.
Son muchos los eventos que a diario nos hacen la vida azarosa por la mala conducto y la falta de sanción a los violadores y oportunistas que producen pérdidas e inconvenientes en su entorno; con estrés, riñas, heridos y muertos en el peor de los casos. Por lo que no hay excusas para que los líderes y partidos, no asuman en sus ofertas electorales, la formación ciudadana.