El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó la solicitud de la República Dominicana de asistencia financiera de emergencia bajo el Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR) por aproximadamente US$ 650 millones para satisfacer las urgentes necesidades de la balanza de pagos derivadas del brote de la pandemia de COVID-19.
El monto equivalente a DEG 477.4 millones (Derechos Especiales de Giro, que es la moneda del FMI), correspondiente al 100% de la cuota pagada por el país.
El organismo explicó que la pandemia ha debilitado significativamente las perspectivas macroeconómicas del país para 2020 y ha creado necesidades de financiamiento que requieren apoyo adicional.
El IFR proporciona recursos oportunos a las autoridades que tienen la intención de utilizar para gastos esenciales de salud relacionados con la COVID-19 y apoyar a la población vulnerable. Las autoridades también buscan la asistencia de otras instituciones multilaterales.
Para absorber el shock macroeconómico, las autoridades dominicanas están implementando adecuadamente un paquete de medidas fiscales, macroprudenciales y de supervisión junto con la flexibilización monetaria para mantener la actividad económica durante la crisis. El gobierno de la República Dominicana aumentó el gasto en atención médica para enfrentar la pandemia y creó un programa de asistencia social titulado “Quédate en casa” para impulsar las transferencias monetarias a los pobres.
Una vez concluida la discusión del Directorio Ejecutivo, Tao Zhang, Subdirector Gerente y Presidente en Funciones, hizo la siguiente declaración:
“La gravedad del shock global de la COVID-19 ha perturbado la economía de la República Dominicana y ha creado urgentes necesidades de balanza de pagos y financiamiento fiscal. Las autoridades implementaron rápidamente medidas para contener y mitigar la propagación de la pandemia. Con incertidumbres en torno a la duración y la propagación de la pandemia, las consecuencias económicas podrían intensificarse aún más si las medidas de contención necesitan ser extendidas».
Agregó que las políticas macroeconómicas y financieras han sido acomodaticias en respuesta a la pandemia y que las medidas fiscales temporales para acomodar el mayor gasto público en salud y las transferencias dirigidas a los más vulnerables son apropiadas.
Pero una vez que la pandemia retroceda, será importante volver a una consolidación fiscal gradual, incluido el establecimiento de un marco fiscal a mediano plazo, para garantizar que la relación deuda pública/PIB se mantenga sostenible y en una senda descendente.
Indicó que las políticas monetarias y macroprudenciales se han ajustado adecuadamente, incluyendo la reducción del encaje legal y la provisión de liquidez adicional al sistema bancario. Pero a medida que las circunstancias evolucionen, las respuestas de política necesitarán ser recalibradas continuamente. En tanto, entiende que sería necesaria una mayor flexibilidad cambiaria como amortiguador y para preservar las reservas internacionales.
“La asistencia de emergencia del FMI en virtud del Instrumento de Financiamiento Rápido ayudará a proporcionar los recursos necesarios para abordar las urgentes necesidades de la balanza de pagos y respaldar los gastos esenciales de salud relacionados con COVID-19. El apoyo de otras instituciones financieras internacionales y de desarrollo sería crucial para cerrar las brechas financieras restantes, aliviar la carga del ajuste y preservar el dinámico crecimiento económico de la República Dominicana», indicó.