Tras una acertada observación de Aníbal de Castro sobre la conveniencia de aprovechar otras ferias turísticas más importantes que FITUR, donde los dominicanos siempre brillamos por buenas y otras causas, en redes sociales hubo un fuego graneado de disparates tratando de disminuir la importancia de la gestión del ministro de Turismo.

Dizque Turismo llevó 7,000 personas, muchos “influencers” pagando viaje, hospedaje y US$5,000.00 a cada uno. Eso luce mentira.

A FITUR quizás va más gente de la necesaria, pero la mayoría va por cuenta de instituciones privadas (bancos, cadenas hoteleras, inversionistas, agencias, compradores y suplidores de productos o servicios, medios y otros). Si cuentan los asientos en las aerolíneas y los vuelos, verán la imposibilidad de que 7,000 dominicanos hayan ido como parte de alguna “comitiva oficial”.

Quien invite a “influencers” sabrá si es rentable, pero el sector privado lleva a quien quiera y ningún empresario es tonto para botar su dinero.

En vez de acusaciones genéricas, sería más responsable y útil identificar quiénes no debían ir si los invitó el Gobierno, que es a quien podemos reclamarle si usa mal el dinero público. Pero a juzgar por las inversiones anunciadas, “fiturear” fue un exitazo para el turismo dominicano.