En agosto del 1978 entré como seminarista al Centro Vocacional de los MSC en la carretera de Santiago a Licey. Me enviaron a estudiar mi primer año de filosofía en el Seminario San Pio X. Justo ese año asumió la dirección el actual presidente de la Conferencia Episcopal Dominicana Mons. Diómedes Espinal y mi director en los MSC era el actual obispo auxiliar de Santiago Mons. Plinio Reynoso. Al año siguiente pasé a Santo Domingo con los Redentoristas, donde fui formado por el P. Rafael Torres CssR, y completé la carrera de filosofía en el Seminario Santo Tomás de Aquino. El Seminario estaba bajo la responsabilidad de los jesuitas y su rector era el P. Benito Blanco sj, de quien guardo un recuerdo entrañable. Fui del primer grupo que recibió el título de la PUCMM en la capital, estoy registrado como el estudiante # 2 del Campus Santo Tomás de Aquino de la PUCMM, del cual soy el Vicerrector en la actualidad. ¡Cómo iba pensar en mi graduación en 1983 que algún día tendría la responsabilidad delegada por el Rector de dirigir este Campus!
Tuve excelentes profesores en el Seminario San Pio X, pero en el Seminario Santo Tomás de Aquino fui alumno de una pléyade de jesuitas con doctorados en filosofía que nos enseñaron a estudiar con rigor. Destaco en ese grupo de docentes a Emilio Brito sj, Carlos Benavides sj, Fernando Ferrán, Rafael Toribio (luego rector de INTEC), Ramón Alonso SDB (luego rector de la UCSD) y Mons. Fausto Mejía Vallejo (actual obispo de San Francisco de Macorís). Entre los obispos actuales fui compañero de Mons. Julio Cesar Corniel y dos años atrás estaban Mons. Héctor Rafael Rodríguez (actual obispo de La Vega) y el Rdo. P. Dr. Alfredo de la Cruz, rector de la PUCMM. Compañera de ellos dos fue mi esposa la Dra. Alina Josefita Bello Dotel, pero esa es otra historia.
Mi compromiso bautismal en la Iglesia Católica tiene una continuación providencial entre mi formación en el seminario y mi trayectoria en la PUCMM, donde el año pasado cumplí 30 años como docente. Fui formado como profesional de la filosofía en el Seminario y quiero explicar cómo se “fabrica” un filósofo a nivel de licenciatura. Existen dos elementos fundamentales. Una es la historia de la filosofía que atraviesa como eje central toda la licenciatura. El otro son los cursos sistemáticos en Lógica, Ontología, Epistemología, Ética, Filosofía Social, Filosofía de la Ciencia, Lingüística y Filosofía de la Historia. El resto de los cursos son complementarios a esos dos ejes. Recientemente se ha integrado en la Licenciatura de la PUCMM un curso de Filosofía Latinoamericana y uno de Pensamiento Dominicano.
En la Bitácora pasada mencionaba la Historia de la Filosofía de Frederick Copleston, en 9 volúmenes, pero a mi generación le tocó estudiar el texto de Historia de la Filosofía de Johannes Hirschberger, en 2 volúmenes, texto de difícil lectura. Además está la Historia de la Filosofía de Guillermo Fraile y Teófilo Urdánoz de la editorial BAC y la de François Châtelet. Guthrie tiene una Historia de la Filosofía Griega en 6 volúmenes que se impone su lectura. Complementario a esas Historias de la Filosofía está el afamado diccionario de Ferrater Mora en 4 volúmenes. Armado con esos textos se “cocina” un filósofo o filósofa, siempre que estudie con dedicación.
Otro aspecto importante es el estudio de los autores claves de la Filosofía Occidental. Presento mi selección, siempre sujeta a opiniones diferentes. De la Grecia Clásica hay que estudiar a fondo a Platón y Aristóteles. Del medioevo a Agustín de Hipona, Tomás de Aquino y Guillermo de Ockham. De la modernidad son imprescindibles Descartes, Spinoza, Leibniz, Hobbes, Locke y Hume y cerrar ese período con un estudio profundo de Kant. Del siglo XIX y XX son imprescindibles Hegel y Marx, Nietzsche y Husserl, Heidegger y Sartre, Levinas y Rorty.
De América Latina son esenciales Leopoldo Zea y Enrique Dussel. Hay otros de gran valía, pero si a escoger debo, esos son innegociables para formarse en filosofía. Más allá de abordar estos autores en las Historias mencionadas, es obligatorio leer de cada uno al menos dos textos fundamentales.