Filtradas las noticias por el vidrio vanidoso de occidente y su hegemonía mediática, en los años ochenta se hablaba elogiosamente del astronómico crecimiento económico taiwanés, enterrando consigo un pasado terriblemente imperativo, que impuso receta matando disidencias ideológicas y a sus significantes físicos. No había tiempo-tampoco intenciones- de analizar las marcas sociales del salto de la estrechez al pantagruélico festín de cifras neoliberales.
Desde la vereda del cine, el realizador Edward Yang (Shanghái, 6 de noviembre de 1947- Beverly Hills, 29 de junio de 2007), realizó películas que analizaban la cotidianidad y las aspiraciones de la nueva burguesía de Taiwán, con un enfoque especial en las mujeres de la ciudad, que salían ilesas ante la sutil violencia y opresión que se plasmaba en sus obras.
En plena vorágine de lucidez, Yang concibe en 1986 junto al guionista y novelista Hsiao Yeh su tercer largometraje evocativo e intrincado: Terroristas. El conjunto de personajes dispares está unido por su enervación compartida, como si padecieran una enfermedad homogénea, y un ambiente de crisis transversal desde las primeras escenas: un cuerpo anónimo tendido boca abajo en la calle; la policía dispara a jugadores ilícitos de azar. Mientras que la cámara se mantiene a una distancia lacónica, la edición corta, elíptica y a veces bressoniana, nos va presentando imágenes recurrentes como las de un gigante tanque de agua, que se conjugan para mantener en desconcierto al espectador.
Fanático del manga y dibujante experimentado, Yang compone planos simétricos que se demoran una vez transcurridas las acciones y desplazamientos de los cuerpos; en pasos que se escuchan en el pasillo de un hospital o en la perspectiva de una mujer que mira desde la ventana de su apartamento a su amante marcharse después de una violenta ruptura a ritmo de “Smoke Gets Into Your Eyes” de The Platters. Hermosa secuencia de un filme pletórico en funcionales simbolismos remitentes a la poesía, atmósfera y sentimiento de modernidad de Antonioni.
La incertidumbre se acentúa por el enfoque de Yang en los hilos narrativos fracturados al extremo. Estos involucran a un técnico de laboratorio profesionalmente frustrado, Li (Lichun Lee) y su esposa Chou (Cora Miao), una escritora que libra una batalla campal con su bloqueo creativo; un fotógrafo compulsivo y su novia, una lectora voraz; una chica euroasiática (una suerte de Jean Seberg femmefataliando en las invectivas de Jean Luc Godard) , la cual deriva entre la delincuencia y las reprimendas de su madre; y finalmente, un detective policial amigo de Li que sigue el rastro a los crímenes de la blanca oriental.
Yang interviene libremente entre estas historias y, de vez en cuando, permite que se relacionen entre sí, por lo general, destructivamente. El fotógrafo se fija en la blanca oriental después de tomar una foto de ella huyendo con un esguince de tobillo desde el tiroteo inicial, que está presidido por el detective. Liberada del hospital al cuidado de su madre, la blanca oriental llena sus días haciendo bromas telefónicas, una de las cuales llega a Chou y precipita la disolución de su matrimonio, aunque esta parece feliz de tener el pretexto para meterse en la cama con un examante que ha estado tratando de revivir el affaire ofreciéndole un empleo. Li, defenestrado su patriarcado conyugal, se vuelve hacia un viejo amigo de la escuela en busca de apoyo -el detective- y luego se marcha con su revólver de servicio para ajustar cuentas, dando paso en la coda del filme a dos finales perturbadores que redodean un puzzle narrativo deliberadamente ambiguo.
Terroristas es Edward Yang en su forma más críptica y retorcida, que al mismo tiempo no abandona esa irreductible humanidad que caracterizaron sus películas del aquí y el ahora, donde se desvela que “los cambios no son sino un infinito renacer del pasado”. Hermosa filosofía de los conflictos.
FICHA TÉCNICA:
Director: Edward Yang.
Guion: Hsiao-Yeh, Edward Yang.
Actuaciones de: Cora Miao, Li-Chun Lee, Shih-Chieh King.
País: Taiwan / 1986.
Duración: 1hr 49m.
Disponible en: Mubi.