A medida que se acerca el cierre del año, las celebraciones se intensifican y suelen estar acompañadas por música a alto volumen, ruidos prolongados y el uso de pirotecnia y fuegos artificiales. Aunque para muchas personas estas prácticas representan alegría, entretenimiento y tradición, especialistas advierten que su uso tiene un impacto significativo en el medio ambiente y en la salud física y emocional de personas y animales.
Los fuegos artificiales están compuestos por diversas sustancias químicas, como perclorato, litio y metales pesados entre ellos aluminio que, al ser liberadas durante la combustión, contaminan el aire y se depositan en el suelo. Estos residuos tóxicos no solo deterioran el entorno, sino que también pueden provocar irritación ocular, lesiones en la piel, cefaleas, reacciones alérgicas y malestar general en personas sensibles.
Además del impacto ambiental, uno de los principales riesgos asociados a la pirotecnia es el daño auditivo. Cohetes, petardos y fuegos artificiales pueden alcanzar niveles superiores a los 150 decibeles (dB), una intensidad considerada altamente peligrosa para el oído humano incluso con exposiciones breves. Si bien el sistema auditivo puede tolerar ruidos de hasta 90 dB sin daño permanente, la exposición a sonidos más intensos incrementa de forma considerable el riesgo de lesiones.
Entre los efectos más frecuentes se encuentran los zumbidos o acúfenos, dolor de oídos, sensación de aturdimiento, estrés, angustia, crisis de pánico, alteraciones del sueño, agitación y aumento de la presión arterial. En algunos casos, la exposición repetida a ruidos intensos puede provocar pérdida auditiva irreversible.
El impacto es aún mayor en grupos vulnerables, como niños, bebés y adultos mayores, así como en personas con trastornos de salud preexistentes. En el caso de los adultos mayores con enfermedades neurocognitivas, como el Alzheimer, los ruidos intensos pueden generar desorientación, ansiedad e irritabilidad, alterando su estabilidad emocional.
Asimismo, las personas dentro del trastorno del espectro autista presentan una elevada sensibilidad auditiva, conocida como hiperacusia, que hace que los sonidos fuertes resulten especialmente molestos o dolorosos. Durante las festividades, el clima ruidoso puede sacarlos de su rutina habitual y provocar temor, crisis de llanto o episodios de autoagresión, transformando una fecha de celebración en una situación de alto estrés para todo el entorno familiar.
Los animales de compañía y la fauna silvestre también se ven seriamente afectados. Perros y gatos suelen manifestar temblores, palpitaciones, sed excesiva y conductas de huida, lo que incrementa el riesgo de accidentes, extravíos o la ingestión de restos pirotécnicos. En el caso de los caballos, el ruido puede provocar reacciones de pánico que derivan en lesiones al intentar escapar de corrales o alambrados. Las aves, por su parte, pueden desorientarse durante el vuelo y chocar contra ventanas, puertas u otras estructuras, con consecuencias fatales.
Ante este panorama, los especialistas recomiendan adoptar medidas de prevención y cuidado. Para niños y bebés, se sugiere el uso de protección auditiva cuando haya pirotecnia cercana y brindar contención emocional, como abrazos y acompañamiento constante. En los adultos mayores, se aconseja priorizar ambientes tranquilos y ajustar o calibrar correctamente los audífonos en caso de utilizarlos.
En el caso de personas con hipersensibilidad sensorial o condiciones especiales, es fundamental crear espacios seguros y tranquilos, evitar la exposición directa al ruido y no dejarlas solas durante los momentos de mayor intensidad sonora. Para los animales de compañía, se recomienda mantenerlos en lugares cerrados y protegidos, con acceso a agua, y reducir al máximo los estímulos externos.
Si pese a las advertencias se opta por el uso de pirotecnia, esta debe ser manipulada exclusivamente por personas adultas, siguiendo estrictamente las instrucciones del fabricante, utilizándola en espacios abiertos y manteniéndola fuera del alcance de los niños. Ante cualquier tipo de lesión, se debe acudir de inmediato a un centro de asistencia médica.
La médica otorrinolaringóloga y alergista Stella Maris Cuevas (MN 81701), expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires, señaló que celebrar de manera responsable implica cuidar la salud propia y la de los demás. En ese sentido, insistió en que evitar el uso de pirotecnia es una forma de actuar con empatía, conciencia y respeto, promoviendo celebraciones seguras que no pongan en riesgo el bienestar de las personas, los animales ni el medio ambiente.