(Dedicado al señor Iván Ruiz, actual Director General de RTVD)
El programa radial que produzco diariamente en Dominicana FM, cumplió ayer jueves veinte años de transmisión ininterrumpida. Permítanme celebrarlo. Entonces, el maestro Ramón Emilio Colombo me dijo, en su calidad de Director General de la entonces Corporación Estatal de Radio y Televisión, que quería que Huchi Lora y yo produjéramos un programa de merengue típico en la precitada emisora, en el cual ese género se tratara desde otro concepto, con la alegría y el sentido festivo de siempre, y al mismo tiempo, con profundidad, como atributo de nuestra identidad, sus orígenes, su historia, sus personajes, las fuentes y motivos de su inspiración, el merengue como materia cultural, histórica.
Huchi hizo su importante aporte inicial, y como se había acordado previamente, continué yo solo. Veinte años después, todas las tardes de la semana laboral, por la misma Dominicana FM, sale al aire la invitación a transitar juntos por los caminos del merengue. Y en esta celebración, debo mostrarme agradecido y darle a cada quien los méritos correspondientes.
A Colombo y todos los directores generales que les sucedieron. Conste que el programa no es mío, sino de la empresa, que, en aras de la cultura, compromete toda una hora sin beneficio económico alguno. Desde Colombo hasta el actual Director General Iván Ruiz ninguno han pretendido variar el contenido ni el concepto del programa, simplemente han confiado en mí y me han dejado trabajar.
Gracias sinceras por su deferencia, su cortesía para conmigo. Procuraré siempre merecerlas, cumpliendo diariamente mi compromiso laboral y mejorando cada vez más el contenido del programa.
Gracias a los oyentes de todas las regiones, a los músicos, a los “viejetes” de todas las edades, los seguidores y fanáticos del merengue típico, por su amistad, por todo lo que me han enseñado; a la fortuna por haberme dado salud para mantener el programa aun en los tiempos fúnebres de la pandemia; a los que me han acompañado en la cabina de transmisión; a mi colaborador de los Viernes de Tatico, el profesor Jobarro; a la solidaridad de programas hermanos, como el Típico Caliente de Luis Miguel González, La Última Tanda, del viejo Puro y DJ Vitico, como Nuestro Merengue, de la maestra doña Ivelisse Severino, Aquí se Toca Merengue, del hermano Eduardo Martínez, entre otros. Entonces, al festejar estos primeros veinte años, espero que en dos palabras se resuma todo mi sentimiento: Muchas gracias.